visitando a los animales (libre)

estando en el zoologico, aun impresionada por los animales que habitan en ese lugar, sintio algo de hambre asi que se encamino a comprar uno de esos deliciosos algohodones azucarados que tanto se le antojaba.

al terminar de comprar diviso una pequeña banca y decidio sentarse a degustar de aquel dulce color rosa

Finlandia frunció el ceño, un tanto preocupado.

Genial, había perdido de vista a Su-san y a Sea-kun, ¡y para colmo, este zoologico era enorme! Sin duda alguna, no volvería a distraerse con los pingüinos.

Estaba por doblar una esquina, hasta que contempló a una pequeña sentada sobre una banca. La reconoció al instante, era Liechtenstein, la hermanita de Suiza. Sonrió y se encaminó hacia ella, preocupado por que también estuviese perdida o algo así.

- Hola - la saludó alegremente.

se encontraba adentrada en sus pensamientos, le intrigaba saber que es lo que podria hacer para darle una sorpresa a su hermano, hasta que un saludo la saco de golpe de sus pensamientos.

Volteo solo para encontrarse con el rosto inocente de finlandia

-Hola- respondio algo timida ante la situacion

- ¿Estás perdida? - le preguntó el finlandés preocupado.

Bueno, en realidad yo sí estoy perdido... pensó nervioso. Miró fijamente a la pequeña, quien sonrió ampliamente. No pudo evitar recordarle un poco a Sealand, su pequeño hijo. Sintió como el insinto sobreprotector/paterno crecía en su pecho, haciendole que tuviese el impulso se abrazar a la niña cómo si esta fuese su propia hija.

Creo que ahora entendía un poco a Suiza...

no pudo evitar preguntarse por que razon finlandia la abrazaba con tanta fuerza y sentimiento, miles de preguntas inundaron su cabeza en ese momento y poco tiempo despues reacciono

-No te preocupes fin-kun, no estoy perdida solo que quise venir a visitar a los animales para distraerme un poco- dijo con una sonrisa

-Pero, finlandia-san, ¿no deverias estar con Su-san y Sealand-kun?-dijo con tono de duda al verlo solo

Finlandia la soltó rápidamente, un poco apenado; pero en cuanto escuchó lo otro que le dijo la pequeña, sintió como si le cayese un balde de agua fría encima. Comenzó a reír nerviosamente, mientras que jugaba con sus dedos y desviaba la mirada.

- Eh... bueno... verás... creo que me perdí... - susurró quedamente, tan bajito que a Liechtenstein le costó un poco de trabajo escucharlo. Finlandia rió alto, para luego rascarse la nuca - ¡Ah~, pero no te preocupes, jeje, pronto los encontraré!

la pequeña se quedo extrañada ante la rara actuacion de Finlandia con respecto a la pregunta pero trato de no darle mucha importancia

-Finlandia-san, ¿quieres que te ayude a encontrar a Su-san y Sealand-kun?- pregunto tratando de que Finlandia no estuviera muy preocupado

Giró rápidamente su cabeza para mirar a la niña. Un par de lagrimitas salieron de sus ojos y sus labios temblaban cuando trató de sonreír.

- ¡¿De verdad harías eso por mí?! - preguntó, con la voz rota por culpa de un sollozo - ¡Eres un ángel! ¡Muchas gracias, Lily-chan! - y volvió a abrazar a la pequeña, quien le daba palmaditas en la espalda con tal de lograr tranquilizar a la nación.

la verdad no entendia la rara actuacion de este ya que casi siempre se la pasaba diciendo que no era la esposa de Su-san, pero a pesar de eso sentia el deber de ayudar a su amigo.

-ya estas mejor?- pregunto aun dandole palmaditas a fin

-¿por donde quieres que empezemos la busqueda finlandia-san?-

Sorbió un poco con la nariz, mientras que asentía lentamente con la cabeza. Se limpió las lágrimas y miró a su alrededor, para luego llevarse un dedo a su labio, de manera pensativa.

- Pues... perdí de vista a Su-san y a Sea-kun cerca de donde están los animales polares... - murmuró, para luego voltear a ver a la niña y sonreírle - tal vez por allí estén ellos.

se sintio aliviada ante la reaccion de Finlandia

-Entonces hay que empezar por esa area, no creo que hayan avansado mucho- dijo sin quitar la vista de su compañero

-Espero que con esto Finlandia este un poco mas tranquilo- pensó mientras se paraba de la pequeña banca

- Gracias, gracias, gracias - repetía una y otra vez el finlandés, mientras que la sujetaba de las manos y las agitaba, en señal de agradecimiento.

Comenzaron a caminar hacia el área de los pingüinos, ya que este era el último lugar donde Tino había visto a Suecia y a Sealand. Suspiró, mientras que se ponía de puntitas, tratando de divisar al sueco o al sealandés a lo lejos.

- ¿No los ves, Lily-chan? - le preguntó a la pequeña, pero al girarse, comprobó que esta ya no se encontraba a su lado, ni por allí cerca.

¡No otra vez! Pensó, mientras que las lágrimas volvían a salir de sus ojos. Sin duda alguna, esto ya era una maldición...

mientras caminaban, Lily notó a una persona que la invitaba a jugar y no pudo decirle que no

-Finlandia-san ¿quieres ir a...- dijo sin terminar al notar que el finlandes ya no estaba a su lado

-¿Finlandia-san?

- ¡Lily-chan! - sollozó el finlandés, mientras que buscaba desesperado a la pequeña nación.

Si Suiza llegaba a enterarse que su hermanita se había perdido por su culpa, era capaz de matarlo... Sudó frío al pensar en ello. ¡Tenía que encontrar a Liechtenstein!

Se acercó a varias personas, preguntandoles por la niña. Todos negaron verla, y eso sólo hizo que el miedo aumentara en él.

Soy hombre muerto... pensó.

Lily se aserco a aquel hombre que la llamaba, se lo penso un poco pero al ver los jugetes enormes penso que serian, sin duda, un gran regalo para Suiza-san

el hombre la miro algo divertido y le dio el material necesario para comenzar el juego, estos eran unas pelotas de tamaño medio y agarro una de estas y comenzo con el juego

de repente sintio como algo se le habia olvidado

Suspiró, resignado.

Lo mejor sería volver a casa y esperar a que Su-san y Sea-kun llegasen... y rezar porque Lily-chan estuviese bien.

Comenzó a caminar hacia la salida, cuando de pronto, unas risas le llamaron la atención. Se giró, sólo para encontrarse a la liechtensteiniana a lo lejos. Sonrió y sintió como si un gran peso se le quitase de encima.

- ¡Lily-chan! - gritó.

estaba alegre de aver ganado una gran oso de felpa color amarillo

-sin duda nii-san se alegrara al ver su regalo

solto algunas risas por el pensamiento y despues de eso oyó como alguien la llamaba a lo lejos, volteo para ver quien era esa persona y se sintio aliviada al verla

-Finlandia-san- respondio con una sonrisa -mira lo que me gane

- Oh, es muy lindo, Lily-chan - le dijo, mientras que trataba de recuperar el aire por culpa de la carrera que había hecho para alcanzar a la pequeña.

Nota mental: Prestar más atención a las personas que lo acompañan, o de un momento a otro te dejarán olvidado

- Lily-chan, creo que mejor regreso a mi casa. Tal vez Su-san y Sea-kun estén allá - le dijo, un tanto apenado - ¿crees que te puedas quedar aquí tu sola? - preguntó, preocupado.

-Claro, aunque tambien pensaba en irme a casa, nii-sama deve de estar preocupado, ademas tengo un regalo que darle- dijo emosionada al pensar como reaccionaria su presiado nii-sama

- De acuerdo - el finlandés sonrió tiernamente, mientras que le revolvía el cabello de manera un tanto paternal a la niña -, cuídate mucho, Lily-chan - le dijo, a lo que la niña asintió.

Se despidió con la mano, para luego encaminarse hacia la puerta de salida. Sólo esperaba que su teoría fuese cierta y que su familia se encontrase en casa...