Yo no le tengo miedo a Rusia!! (privado)

Quería visitar a alguien.. y Rusia me pareció perfecto, decían que daba miedo, que ni siquiera me acercara a su casa y que en cualquier momento me haria uno con el, etc.
Pero yo quise tomar ese reto, despues de todo se veía buen chico y con cara de que el no era capaz ni de matar a un insecto. Así que me aventuré a su casa para desmentir a todos.

Toqué la puerta y esperé a que me abrieran.. ojala que fuera rápido, aquí afuera si que hacía frio.

Dejó a un lado el rutinario trabajo de revisar documentos y todas esas cosas, también necesitaba su rato de ocio. Nada mejor que comenzarlo con un buen vaso de vodka, fue a buscar una botella en uno de los estantes del despacho, pero había agotado las reservas de la habitación, ni modo, tendría que ir por más, obviamente dentro su mismo hogar, tenía suficientes como para abastecerse un buen tiempo.

-Kalinka, kalinka, kalina moia~ -cantaba alegre mientras caminaba por uno de los corredores. ¿Fue su imaginación o escuchó a alguien tocar la puerta? No, no fue su imaginación.

Por un momento pensó en ignorar el llamado y dejar que el invitado sorpresa congelara afuera. Finalmente terminó por hacer lo contrario. La sorpresa fue mayor al encontrarse a un niñito...

-Pryviet~- saludó con su habitual sonrisa- ¿qué te trae por aquí, pequeño niño?

Escucha al ruso a lo lejos temblando un poco, pero sin irse todavía de aquella puerta, había decidido enfrentar sus miedos y no se echaría para atrás, no ahora que ya estaba ahí, frente a su casa, con frío y esperando lo peor.

Vio que el ruso abría, era demasiado alto para él, sin embargo se quedó ahí sin correr esperando la reacción del otro -ahh.. h-hola yo soy el Sacro Imperio Romano- dice haciendo una pequeña reverencia -y pues venía a.. acompañarte un rato.. veo que estás un poco solo...-