Coma etílico por Vodka [privado][Reino de Corazones]

Era un día como cualquier otro, bueno, no como cualquier en realidad, había ido a visitar a sus hermanas, y había vuelto un poco deprimido de su viaje, y de vuelta, como siempre, llevaba consigo a su fiel amigo y compañero de aventuras, el infaltante e inigualable vodka, el dulce elixir de los dioses que hacía de combustible, un impulso a seguir adelante, el licor blanco, era el favorito de Ivan, y siempre que podía lo bebía, cualquier exusa servía, mientras pudiese beberlo todo estaba bien, y de no ser porque hace mucho frío en su casa, y el alcohol se evapora muy rápido, no sería raro ver en la casa de Ivan, una piscina con vodka...
Estaba "deprimido", cosa poco usual en Rusia, aunque quería a sus hermanas, no las entendía, y le tenía algo así como miedo a Belarus, ella tenía una fijación con él que éste no podía entender, y prefería ahogarse en vodka antes de intentar hacerlo, no quería terminar pensando ninguna cosa rara de su hermana mientras intentaba hacerse con la respuesta de su inagotable afán de intentar convertirlo su marido...
En cuanto llego a casa, fue directamente a la alacena, buscando su famoso mundialmente elixir de los dioses, uno que otro par de botellas de vodka, abrió la alacena para encontrarla vacía, no había ninguna botella, debía ir a la bodega principal, aunque era peligroso, ya que el vodka no se encontraba en botellas en ese lugar, sino que en barriles, llenos de vodka, esto impedía a Ivan medirse a la hora de beber, y en general terminaba en algún sueño o delirio terrible...
En cuanto entró en la bodega, se colocó debajo de una de las boquillas de los barriles, y bebió vodka como si no hubiese mañana, aunque ese vodka estaba medio raro, pareciese que le hubiesen puesto algo extra, no sabía qué era, ni quería enterarse, le bastaba con saber que era vodka, estaba bueno, y...
Ivan perdió la conciencia, dejando que su mente entrara en estado extraño, elevado, fuera de lo terrenal, todo estaba negro, se veía a sí mismo dentro de un abismo de oscuridad, no había nada, nada en absoluto, no duró mucho, comenzó a caer, veía luz, cada vez más brillante, se tapó los ojos y despertó en un lugar extraño, no estaba en su bodega, no había barriles de vodka, no había nada conocido a sus ojos, era un lugar nuevo, cálido y brillante, vio a una persona a lo lejos, quizás supiera dónde se encontraba y con quién debía hablar para convertir a ese lugar, uno más de los territorios de Rusia, una extensión de sí, todos debían ser uno con Rusia...
Se acercó al extraño, estaba cerca de un árbol, al costado de un camino que cortaba un extenso prado, verde, no terminaba nunca, era medio extraño, pero no había nada más, ninguna señaletica, nada, sólo el hombre cerca del árbol, el árbol, y el camino...
- Hola - le dijo Ivan con la típica sonrisa rusa de él, no dejaba de sonreir en ningún momento- sabes dónde estoy?

Rusia miraba sonriente al hombre mientras este lo rodeaba observando, analizando cada detalle de su persona. En Rusia no se acostumbraba a hacer eso, pero daba igual, no estaba solo, y quizás el hombre podría pasar a ser parte de sus territorios.
-Me llamo Ivan, y represento a Rusia- dijo sonriendo como siempre- si quieres puedes formar parte de la madre Rusia y ser uno conmigo, bueno, cuando pueda salir de aquí- dijo sin cambiar la expresión de su cara.
Tomó al hombre por la chaqueta, así como diciendo "tú te vienes conmigo" e hizo el ademán para comenzar a caminar- por dónde es la salida? Indícame y podremos irnos a mi casa y ser felices- sonriendo.