Una tarde de verano en la terraza [Privado]

Luego de una larga y refrescante ducha, le cayó algo de cansancio, había trabajado todo el día de sol a sol en los campos de trigo, después de todo, es su responsabilidad no dejar que todo Estados Unidos se quedara sin el "pan de cada día" literalmente.

Sentado en una mecedora contemplaba el sol caer desde su terraza, sostenía una taza de té bien cargado y de cuando en cuando luego de cada trago daba un leve suspiro.

Había sido una larga semana, no había tenido tiempo para ir a los bares a jugar cartas o a sorprender a algunos bandidos en sus fechorías (pues de estos había muchos), tenía que ocuparse en preparar los cambios necesarios en el campo (sistemas de regadío, disposición de las tierras, etc.) para recibir bien el cambio de estación.

Se encontraba meditando mientras apoyaba la cabeza en el respaldo de la mecedora cuando de súbito oyó el timbre, realmente no esperaba a nadie, pero eso no significaba que le desagradara y al contrario, más bien disfrutaba de las visitas de seres queridos aunque en ese preciso momento no supiera de quien se trataba. Aparto su tazón de té dejándolo en el suelo y se levantó, apenas tuvo tiempo de admirar nuevamente como los extensos campos de trigo adquirían un suave color cobre con el ocaso antes de voltear para entrar por la puerta trasera de la casa y atender la puerta principal. Mientras caminaba hacia la puerta se arreglaba el cabello y el cuello de la camisa, tomó las llaves y las introdujo en el cerrojo sin mirar antes por la mirilla. Giró las llaves y con un semblante un tanto serio en un principio como era con desconocidos, un rostro que aparentaba indiferencia pero que nunca expresaría desdén ni altanería, abrió la puerta y al fijar su mirada en los detalles floridos de la camisa del visitante sonrió levemente, alzó la mirada a la altura de su rostro y tal como esperaba, encontró en él a uno de sus hermanos. Abriendo ya la puerta de par en par alzó un poco los brazos afectuosamente para recibir a su pariente con un breve abrazo. Ya sosteniéndolo entre sus brazos le dijo:

-Hace mucho que no recibía visitas como estas por aquí, vamos, pasa, te serviré un poco de té.”

[Perdona la tardanza @.@]