Parecia un dia tranquilo....

Era un dia como cualquier otro, en el que Thai-kun se pasaba el dia en su jardin cuidando sus plantas y haciendo la limpieza.
-Ah, que dia más tranquilo y armonioso...-
Luego de terminar todas sus tareas se recosto bajo un gran cerezo que se encontraba florecido y se quedo sumido en un profundo sueño mientras miraba las hermosas sakuras rosadas.

En la privacidad de sus pensamientos, se encontraba el japonés en su casa, admirando un árbol de cerezos, su mirada parecía calida y dulce. Un nuevo pensamiento acudió a su mente: << “Me pregunto que será de Thai-kun desu…”. Y el descubrir las necesidades de querer verlo se levanto y comenzó a arreglar sus cosas.

- Iré a visitar a Thai-kun desu…

Su voz era tan suave y persuasiva, pensaba que no le iba a molestar a Tailandia la visita de el, a si que agarro valor y comenzó a viajar hacia la casa de su hermano. Al llegar a la calida casa, la admiro unos segundos y se acerco a la puerta, tocándola suavemente.

- K..konichuwa…

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xDDDDDDD! omgg *---* thai-kun lo adoro ~ lemon lemon, ok no xDDDU!
disculpa si me meti es que avdghagd sadsaf sadsa! adoro a thai <3!

Sintio un suave sonido que llegaban de su puerta, se levanto lentamente como era su costubre *Que raro, no esperaba ninguna visita, ¿Quien sera?*

-Ya voy- dijo mientras se acercaba a la puerta principal.

Al abrirla vio a su querido hermano, Japon, hacia mucho que no lo veia y la alegria subio a su rostro. Le dedico una amplia sonrisa.

-Pasa, por favor, es raro verete por aqui.

Kiku Honda le miró como si recordara todas aquellas situaciones con sus hermanos. El japonés sintió entonces que deseaba saber todo lo que pudiera comprender a sus acompañantes familiares, o vecinos. La emoción le hacía contener el aliento.

- Ha..Hai… espero que no te moleste…

Se dirigió con paso inseguro hacia las puertas, pero se detuvo quedando al frente de su hermano, elevo un poco la cabeza, ya que el tailandés era más alto que el japonés.

- Me alegra verte desu…

Cuando pudo oir su voz volvieron a su memoria todos los momentos de su infancia que guardaba como hermosos recuerdos.
Hizo pasar a su hermano y le ofrecio asiento en su amplia sala, alli se sentaron a tomar té, mientras Thai, nervioso, no sabia como empezar su conversacion. *Deberia preguntarle como va la guerra o no sera buen momento* Se decidio por preguntar y tartamudeando al principio dijo:

-Y co-como va la guerra? Es muy di-dificil enfrentarse a los aliados?

Siempre habia sido un poco timido y reservado, pero se ponia peor ante Japón, ya que le tenia mucho respeto y admiracion.

- ¿eh…? P…pues… la guerra esta… como siempre… sin solución…

Era verdad, la guerra estaba de malo a peor, muchas muertes y sufrimiento albergaban los ciudadanos de todos los países, eso le intestrecia un poco al japonés ya que la mayoría había sido por su culpa. Kiku intentaba no quedarse mirando al chico, por vergüenza de lo que pensara del japonés. Pero no podía evitarlo. Era su hermano, y como los pocos que tenia a su lado, ya que la mayoría se había ido contra el, por traicionar a su hermano china.

- E…etto… perdóname si te esta afectando a ti desu…

Se disculpo suavemente.

El tailandes noto la verguenza del japones, no podia culparlo de nada despues de todo era su hermano y siempre lo habia apreciado y apoyado en todo.

-No te preocupes, tampoco es tan grave...

Comenzaba a ponerse nervioso, la conversacion se le hacia muy dificil. Decidio buscar algo para comer en la cocina, quiza con eso podria calmarse.

- Tengo unos nigiri en la cocina, los traere asi los disfrutamos con este rico té.

Pero cuando se levanto, con sus piernas golpeo pequeña mesa y el taza de té se derramó sobre Japón. Cuando vio lo que habia hecho se avergonzo mucho y se preocupo por su hermano. Encima que lo visitaba tan amablemente y él le derramaba té caliente sobre su regazo, se sentia muy apenado.

-Lo siento, lo siento mucho. En seguida te traere algo para que te seques.

Corrio a la cocina, tropezandose torpemente y volviendose a levantar para buscar una toalla.

- ¿onigiris?

La idea le fascino tan solo con escuchar las primeras silabas ya sabia de que se trataba de esa comida tan exquisita que el adoraba. Asintió con la cabeza soltando un pequeño rubor en sus mejillas. Ya estaba observando como se levantaba de la mesa cuando sintió aquel liquido en sus piernas y pecho. Sus ojos se abrieron lentamente.

- A-aah…

Exclamo mas por la sorpresa que por lo caliente que estaba el té. Miro complicado su yukata que se encontraba ya mojado. Luego observo al tailandés algo confundido, pero no pudo evitar soltar una risita al verlo tropezar. Era tan adorable y buen hermano que no podría enojarse con el.

- No se preocupe Tai-san …

Le sonrío dulcemente mientras que se paraba y caminaba hacia la cocina para encontrarse con su hermano.

Se encontraba en la cocina buscando algo para secar a su hermano. Cuando lo vio llegar y noto que casi todo el frente de su yukata estaba mojado. Decidio ofrecerle algunas prendas para que se cambiara.

- Deberiamos tenderlo para que se seque. Te dare algo para que te cambies mientras se seca. Aunque quiza te quede algo grande.

Se dirigio a su habitacion y comenzo a buscar dentro de su ropero algo para prestarle a Japón.

Siguió a su hermano hasta la habitación de el, sin dejar de sonreír nerviosamente. Estaba avergonzado por estar a si, en verdad, con el yukata mojado, y aparte lo más molesto era que se apegaba a su cuerpo como un pegamento, molesto muy molesto.

- Mmm… etto… cualquier cosa podría ser…

Le facilito la búsqueda a su hermano con sus palabras.

- mm… es vergonzoso…

Confeso casi murmurando. Estaba muy sonrojado.

Oyo el comentario de Japón. Noto el sonrojo de sus mejillas.

- No te preocupes, somos familia. - Le dijo mientras continuaba buscando.

La verdad, el tambien estaba nervioso. Pero se alegro al encontrar algo que podia irle a Japón. Era una yujata que el mismo Japón le habia obsequiado y que no habia usado ya que le quedaba un poco ajustada.

- Creo que esto te ira bien - Dijo con una sonrisa.

Pero al observar bien a su hermano, noto como su yukata se le pegaba al cuerpo y no pudo evitar un sonrojo.

- Te de-dejare la habitacion, asi te ca-cambias... - Dijo de nuevo nervioso.

Observo como su hermano se marchaba de la habitación y libero un suspiro, mientras que sonreír dulcemente. Le traía cierta nostalgia, y mucho pero al final se alegraba de estar con su hermano. Dejo el yukata que le habían dado en la cama de su hermano y comenzó a deslizar el traje desde los hombros, hacia los lados, haciendo que este cayera y impactara en el suelo.

- ah…

Sintió el ambiente, algo helado, su piel se erizo un poco y no pudo evitar los escalofríos que recorrían su espina. Miro el yukata y sonrío.

- Que lindo es… tai-san…

Agarro el yukata y comenzó a abrirlo para ponérselo.