De visita en Louisiana~ [Advertencia]

Andaba por la calle a paso algo acelerado, vestido con ropa ligeramente abrigada para el tiempo que hacía, sin dejar de voltear la cabeza a cada pocos pasos observando con interes aquel lugar donde nunca había estado antes. No podía dejar de notar la clara influencia de Alfred en los rasgos que a primera vista percibia de aquella ciudad, aunque extrañamente sentía que no era tanta como se podía haber esperado.

Era como como si se adentrara en una población europea, talvez presentada de manera algo distinta por las dimensiones de algunas de sus calles y edificios, resultaba acogedora a la par que grandiosa. Podía encontrarse por el camino gente de todo tipo y procedencia, le emocionaba el hecho aunque en su propia casa tambien tuviera lugar esa misma variedad, siendo sin embargo muy diferente y mucho mas limitada a la que podia encontrarse aquí.

A poco sintió embriagarse por el ambiente, las voces, la musica que aunque resonaba a lo lejos se hacia notar en el aire, se percató de que le resultaba demasiado agradable la idea de poder formar parte de ello, aunque fuera por relativamente poco tiempo.

Se dirigía a la casa de New Orleans, aquél que concentraba en sí la esencia de todo aquello, - Louis Javier, - con la esperanza de poder conocerle, a la par que con curiosidad por descubrir el tipo de persona que era.

Al tiempo que iba no tardó en frenar el paso en frente a la casa donde vivia el otro, sin poder reprimir un deje de nerviosismo e interés a partes iguales que le provocaban un cosquilleo leve en el estómago, mientras examinaba el lugar.


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(pd: xDUu gomen por el titulo poco original ._. no se me ocurria nada ><)

Louis reposaba perezosamente en su habitación, extraña situación en su vida, pues de día rara vez tenia tiempo libre suficiente para reposar allí, y era extraña la noche aquella que dormía en casa.
Habitualmente sólo estaba allí cuando hacía huelgas en contra de Alfred, pero en fin... Estaba terriblemente desanimado, todavia no era de noche como para salir, y no tenía nada interesante que hacer en casa...
Se sentía casi enfermo de aburrimiento, suspiró melancolico mientras admiraba una rosa negra y mascaba un trozo de chocolate, Seguro era algun tipo de sindrome de abstinencia, despues de todo llevaba dos dias sin sexo... Dos terribles y eternos días sin nada de nada de miau.
Hizo una mueca, todo era culpa de Alfred, el y sus montones de papeleo, los detestaba, había tenido tanto papeleo acumulado que se había visto obligado a encerrarse dos días en su oficina.
Suspiró nuevamente terminando su chocolate y bostezando, necesitaba algo de diverción ya, era mejor que adelantara su "visita" a sus "amigos" donde iban a pasar un buen rato juntos.
Ya se levantaba cuando un par de golpes sonaron a su puerta, se asomó a ella con una natural sonrisa fresca y seductora.. Era una de sus criadas.
-Mi señor, tiene visitas- dijo un poco sonrojada y bastante nerviosa, debía de ser nueva, pensó enseguida Louis con una sonrisa.
-Puedes tutearme si quieres preciosa, y dime ¿quien es la visita?- preguntó aun con una sonrisa, rogandole a todos los dioses que no fuera Alfred.
-Bueno, dice que es Siberia, Louis- le dijo ella sonriendo levemente, bastante agradecida con la confianza que le proporcionaba el dueño de casa.
Louis sonrió ampliamente, no conocía al susodicho, pero siempre era muy divertido concoer gente nueva.
-Beaucoup de grâces, jolie- le dijo guiñandole un ojo e inclinandose para darle un beso en la comisura de la boca. Antes de ponerse sus pantuflas y bajar las escaleras, asomó a la sala donde esperaba el invitado, que era servido por sus muy educados criados.
-Bonjour!! Bienvenu tu sois à louisiane! ¿Como te llamas?- le dijo con una sonrisa mientras tomaba su mano y besaba el dorzo.

Después de que le hubiera recibido una criada de la casa la siguió adentro, observando desde la sala al chico bajar por las escaleras. A pesar de su expresión jovial tenia cierto aire de cansancio envolviéndole, muy característico cuando alguien se pasaba menos horas de las debidas sin dormir, o tal vez sumergido en alguna clase de tarea que le absorviera fuerza vital.

Se le pasó por la cabeza que talvez el otro se encontraba metido en el trabajo hasta las trancas y ni siquiera se habia molestado de interesarse con anterioridad por un hecho como ése.

- Espero no interrumpirte en un mal momento, - pronunció casi por impulso, sonriéndole mientras examinaba la expresión de su rostro, podria afirmar por otro lado que se veía bastante bien incluso encontrandose así, y mas por la gran sonrisa que esbozaba en la cara.

Antes siquiera de poder acabar de pensarlo vió como el chico se acercaba hacia él para besarle el dorso de la mano, dejándole la mente totalmente en blanco por unos instantes. Le miró algo perplejo, incluso algo sonrojado sin poder evitarlo, no esperaba que le acabaran recibiendo de semejante modo.

- Soy Aleksei Braginski, es un placer conocerte Nueva Orleans, - murmuró con una sonrisa, mirándole con interes. - antes de que lo preguntes no se trata de una visita oficial, tan sólo que ultimamente he tenido bastante tiempo libre y tenia ciertas ganas de conocerte, por lo que quise hacerte una visita a eso y a ver como estabas. Espero que no lo consideres algo inoportuno, - rió brevemente. - Tan sólo seguí el impulso de querer.. saber mas a cerca de ti.

Le hablaba en un tono de voz apacible como solía (a primeras) ser habitual en él, aunque no podia dejar de pensar que, si tuviera suerte, tal vez luego podría llegar a conocer al otro algo más profundamente.

Su risa suave invadió el sitio, le parecían encantadoras las visitas, como buen estado con altas capitales turísticas el amaba dar a conocer su hermoso hogar, sobre todo si podía demostrar que era mucho más hermoso que el resto de estados unidos, como evidentemente era.
Ladeó un poco la cabeza mientras pensaba en su invitado, era siberia, por tanto familiar cercano de Ivan... Alfred detestaba a Ivan y estaba seguro de que ese idiota hubiera echado sin preámbulo alguno al pobre chico. Pues muy bien era la perfecta oportunidad de conocer a alguien apuesto y que ocasionaría molestias a Alfred, dos de una y una perfecta venganza por haberle hecho pasar tantos días con papeleo y sin sexo...
Siguió sujetando con educación exquisita la mano de Aleksei...
-Pues es mi placer Aleksei, podemos comenzar de inmediato, dime... ¿Hay algo en especial que desees conocer?- espetó con la mas sexy de sus sonrisas mientras le ayudaba a ponerse de pie, mirando todo el tiempo fijamente aquellos ojos azules.