Castigo de Suiza

Era un día estupendo con un sol radiante, aunque debía de admitir que el frio calaba hasta los huesos y en la entrada de esa bellísima casa no podía imaginar como alguien como Inglaterra viviese en un lugar con tan bellísimo jardín, con tantas rosas y arboles por do quiere y si no se equivocaba en la parte trasera de esa casa observo un invernadero apuesto que todo el trabajo se lo deja a los sirvientes pensó algo fastidiado.

Pero ese no era el problema, no el problema era que había tocado el timbre casi completamente desarmado a la casa, porque al terminar lo conferencia le retiraron las armas que le encontraron pobres ingenuos, se encontraba muy triste eso si, porque su amada automática no fue regresada por Uk, pero eso no importaba, su queridísima semiautomática aun la tenia, tal vez le quitaron el rifle, pero tenia una 9 milímetros.

Y el oír cantar a los pájaros en día tan hermoso lo izo tranquilizar, “paciencia” si por fin entendía la Psicóloga tenia razón, si tiene paciencia podía llegar a tener planes tan sofisticados para poder llevar a cabo su venganza y con una sonrisa siniestra se quedo en el umbral de la casa.

Curiosamente, el día en el territorio británico estaba esplendorosamente soleado, cosa que Arthur sabia podía cambiar de un segundo a otro; lo que sí no se modificaba era el intenso viento y frío, muy habituales en las primeras horas del día, aunque estaba seguro de que eso no sería problema para el Suizo; al fin y al cabo, Suiza era un país mucho mas frío que el suyo, en primer lugar, nevaba muy seguido.

Pocos minutos después de que el Suizo hubiese tocado el timbre (uno que por cierto tenía una melódica y tranquila musiquita), el mismo dueño del hogar le abrió la puerta, vestido con un pantalón a cuadrillé oscuro, de color negro, y con algunas líneas de un color rojo obscuro a lo largo; un chaleco de color arena con cuello en forma de ‘V’, lo que se veía de una corbata negra y una chaqueta ajustada color celeste. Se corrió hacia un lado, invitándole a pasar mientras alzaba las cejas.- Ah, qué puntual, Suiza…-sonríe, con cierta diversión implícita, dejándole pasar y cerrando la puerta tras de sí.

Lo primero que vio el suizo al entrar fue, en el recibidor, varios floreros con sendos, hermosos y tupidos ramos de rosas rojas y blancas, intercaladas entre sí: la Flor Nacional de Inglaterra. También había algunos cuadros, mas de uno en donde salía el mismo Arthur, pero, por la distinguida vestimenta, se notaba que la mayoría eran antiguos; en uno incluso llevaba puesta ropa de corsario*.- Veamos, como primer labor de tu castigo, tendrás que ayudarme con mi bordado… mh, espero que sepas usar agujas… mas tarde te enseñare cómo hacer una buena ceremonia del té, y si te portas bien, en unos días te devolveré tu pistola -sonríe con diversión, aunque mostrándose relativamente amable.

El haber dormido unas horas había hecho maravillas en su instinto asesino y sus deseos de hundir a todas las naciones en maldiciones y conjuros; lo que no significaba que no fuese hacerlo. Después de todo, cuando llegaron a la sala central de la casa había una urna de cristal, y dentro de ella una espada.- Oh, mira, antes de que te lleve a donde hago mis bordados… ésta es Excalibur, dale tus respetos Es una importante reliquia, muy poderosa –mirándola con infinito aprecio y, luego de unos minutos de observación, llevando finalmente al Suizo a su taller de bordado, donde múltiples maniquíes, prendas de ropa terminadas y por hacer, trozos de tela, agujas e hilo estaban ordenados meticulosamente por color, en enormes estanterías de madera de caoba.

- Ah, qué puntual, Suiza…-sonríe, con cierta diversión implícita, dejándole pasar y cerrando la puerta tras de sí.

Ese bueno para nada de Uk se atrevía a pensar que EL llegaría tarde a una reunión, por todos los cielos, todas las personas sabían que la precisión de un suizo era gracias a sus fabulosos relojes, por que la relojería suiza era la numero uno en el mundo, tal vez fueron los ingleses los inventores de los mismos y hasta tenían su propio monumento a ello, pero el no necesitaba de un gran edificio para poder ver la hora, o de un adorno de pared, NOO, el lo único que hacia era ver su muñeca y sabia que hora era para poder evitar llegar tarde a algún lugar y sin mas una sonrisa de superioridad se mostro en su rostro –no tienes de que preocuparte Inglaterra jamás llegaría tarde- menciono con una pisca de cinismo en su voz.

Suiza entro extrañamente tranquilo y observo atentamente todos los cuadros ahora entiendo de donde América heredo ese narcisismo pensó al notar que la mayoría de retratos de ese lugar eran de Inglaterra.

- Veamos, como primer labor de tu castigo, tendrás que ayudarme con mi bordado… mh, espero que sepas usar agujas… mas tarde te enseñare cómo hacer una buena ceremonia del té, y si te portas bien, en unos días te devolveré tu pistola.

Quien se creía esa muñequita de porcelana, insinuar que el sabia bordar, que le entrara muy bien en la cabeza el fue un mercenario NO UNA DE SUS COSTURERAS pensaba de forma molesta mientras intentaba calmarse, todavía no era momento para desquitarse, aparte tenia que tomar en cuenta que el era un suizo y la perfección en sus trabajos era fuertemente alabada era capas de hacer lo que sea aunque nunca en su vida lo hubiera echo antes.

- Oh, mira, antes de que te lleve a donde hago mis bordados… ésta es Excalibur, dale tus respetos Es una importante reliquia, muy poderosa.

Y fue cuando sucedió la sonrisa de suiza se incremento de forma sádica –Oh, mi podre Inglaterra no se quien te a vendido esta baratija, pero esta es una falsificación, la original me la encargo la reina y la tengo fuertemente custodiada en mis bancos- decía mientras tocaba las Espada la cual al caer al piso se rompió en dos –Oh mira que torpeza la mía mi mas sinceras disculpas- pero ante todos los comentarios hirientes que realizo nunca la sonrisa burlona desapareció de su rostro.

Aunque no le importo mucho en realidad, el de tez clara noto el leve tic que se formó en dos determinados momentos en el Suizo ante sus palabras; el primero, por supuesto, ante su comentario burlesco sobre la llegada de Vash, igualmente, al británico esa reacción solo le causaba una divertida sonrisa sarcástica. Su respuesta le divirtió de la misma forma, encogiéndose de hombros; ¡Jah! Podría jurar en fuego lo que el Suizo pensaba, siempre vanagloriándose de aquellos instrumentos horarios que existían gracias a ÉL y a SU gente, por más de que Vash y la suya les hubiesen dado una mayor precisión y lujo. Después de todo, ya había aceptado que el comercio de relojes no era lo suyo; pero el crédito por su invención sí lo era.

Al llevarle por un recorrido sencillo de algunos sectores de su hogar, fue poniéndole bastante atención a las expresiones de su ‘invitado’, si así se le podía llamar; no pensaba admitir ninguna clase de falta de respeto a sus creencias, sus costumbres, sus retratos…y mucho menos, a sus bordados. Después de todo, había sido la habilidad de Arthur en el bordado la que le había permitido llegar a, luego del auge de la Revolución Industrial, aplicar la producción masiva de textiles y de allí dirigirse a todo tipo de productos masivos, que hasta el día de hoy e incluso con las tecnologías alcanzadas y avanzadas del resto, le daban una gran soberanía económica. Finalmente y cuando llegaron a una de las salas principales, donde estaba aquella urna de vidrio y cuando el británico se la presentó al suizo, no espero realmente tanto confianza, por lo que cuando el otro rubio la agarro, él se alarmó.

- ¡Hey! ¡Con respeto…! ¿Por qué no pides permiso antes de tomar algo que NO te pertenece? -bastante berrinchudo, y sonando más que irónicas esas palabras a oídos de cualquiera (menos a los suyos), considerando que salían de un pirata disfrazado de aristócrata, uno que no soportaba que tocasen sus pertenencias. Y así de rápido fue que ocurrió, que la espada cayó y se partió, y que las palabras burlescas del Suizo se arremolinaban a su alrededor, haciéndole enfurecer gradualmente.- ¡Tu~~, suizo IDIOTA…! ¡Agh, demonios! ;___; ¡¿Por quien me estas tomando?! ¡Como si no supiese que una de MIS reliquias esta bajo TUS manos! >__< -al borde del llanto por alguna razón inexplicable, sonrojado de ira.

Instantáneamente luego de decir eso se agachó, tomando los trozos resquebrajados y sollozando en inglés tantos insultos que, en cantidad, eran tan fuertes como la perversión de Francia.
Lo único bueno de toda la situación es que estaban en SU casa, eran SUS reglas y NADIE vendría a molestarle con lo que de SU boca saliese.

Se levantó con los trozos en la mano, y por poco no le revoleó uno al suizo para cortarle el cuello, colérico aunque supiese que era solo una imitación.- ¡Idiot! ¡Vuelve a tomar algo de esta casa sin permiso, y haré que los ‘días’ de servidumbre suban a ‘meses’! …y te repito, no me tomes por tonto ¬3¬U… ¿acaso crees que tendría una reliquia tan poderosa, usada por mi más honorable Rey y que pasó también por mis manos, en una tonta urna en medio de mi casa…? :XP: ¡jah! No me hagas reír, chocolatero psicópata… ¡y más te vale que me repongas esta espada! ¡Fue un regalo de mis duen---… de amigos muy importantes! <////< – sonrojándose al pronunciar lo último, miró hacia un costado con pudor, centrándose en un pequeño jardín interno de rosales y avergonzado por casi haber dicho ‘duendes’, que habían sido quienes realmente le dieron ese obsequio. No tenia porqué hablarle a un incrédulo que se burlaría de ese regalo tan mágico aunque...inútil.

Pues cualquiera sabía que las armas de los duendes eran de pésima calidad a diferencia de las hechas por hadas como la Excalibur original... ¿Verdad?

La sonrisa burlona de Suiza se incremento de gran manera al escuchar todas las barbaridades salir de su boquita aunque la mona se vista de seda mona se queda y tras ese pensamiento una risita escapo de sus labios –O Inglaterra ese vocabulario nunca lo ocuparía un caballero… pues se supone que eres uno cierto?- la diversión que sentía en esos momentos no la tenia desde que era un mercenario y mataba a las personas por gusto, pero esos tiempos se quedaron atrás pensó tristemente ahora mi nueva diversión será molestarte y rio para sus adentros.

El escuchar los reclamos de Inglaterra de que no tocara sus propiedades solo logro que lo planeado por Suiza fuera viento en popa –Pero Inglaterra se razonable, como seria capas de no volver a tocar tus cosas si es necesario hacerlo para poder llevar a cavo tus ordenes- dijo lo mas serenamente que logro pues se estaba atascando de risa lo que te espera pobre ingles.

y te repito, no me tomes por tonto ¬3¬U… ¿acaso crees que tendría una reliquia tan poderosa, usada por mi más honorable Rey y que pasó también por mis manos, en una tonta urna en medio de mi casa…? XP ¡jah! No me hagas reír, chocolatero psicópata… ¡y más te vale que me repongas esta espada! ¡Fue un regalo de mis duen---… de amigos muy importantes! <////<

-O no como crees eso de mi Inglaterra, después de lo sucedido en la conferencia e entendido que te tengo que tener mas paciencia, e estado leyendo algunos libros de piscología donde te explican que los niños sin amigos crean amigos imaginarios para no sentirte tan solos, son ellos los que te regalaron esa espada?, porque sinceramente Inglaterra los duendes no existen- mención con tal descaro que nunca imagino tener y siguiendo su mirada a donde Inglaterra volteaba recordó que el tampoco había tenido muchos amigos de pequeño, casi siempre estaba solo peleando para a favor de quien mas se convenía, ni las hadas, ni los duendes existen, sino nunca me habrían dejado solo ese simple pensamiento lo hiso entristecer te gran manera, como podía llegar ha ser tan cruel con alguien cuando apenas y lo conocía, tan vez exista una pequeña oportunidad de que lo haya confundido todo.

Y cuando pensó en voltear y disculparse sinceramente con Inglaterra vio algo que le sorprendió, pues un pequeño destello apareció a un lado de Inglaterra al casi llorar por su espada rota, pero ese casi destello lo conocía muy bien pues de niño los vio muchas veces y una cólera indescriptible se apodero de el –MALDITO INGLES PORQUE ELLOS SE QUEDARON CON TIGO- grito saltando sobre el ingles y posicionándose sobre el –PORQUE DIME POQUE- y al sentir el intento de resistencia por parte de UK tomo ambas manos para poderlas poner sobre su cabeza, mientras unas cuantas lagrimas salian de sus ojos.

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Lo siento se que eso no tiene que ver con el manga pero >_> siempre e creido que todo niño puede ver las hadas, hasta que crese y deja de creer en ellas

- ¡Of course! ¡I AM a gentleman! ¡Pe-pero tú…me exasperas! ;____; ¡Esto era algo muy valioso…! >-< Rayos… -aun lloriqueando por su fallecida reliquia falsa, se sintió algo enfurecido por como el otro para colmo se burlaba de sus comentarios, mirándole feo.- Ja Ja Ja…que gracioso…el chocolatero tiene sentido del humor ¬o¬U… me refería claramente a que no tocaras NADA que YO no te diga que toques…porque como justamente acabas de decirte, por los próximos días tu DEBES obedecerme…-bufa, molesto y demasiado llorón como para regodearse del disfrute de la desgracia ajena.

“Comparada con mi desgracia, eso no es nada ” pensaba el rubio, abrazándose a los trozos de espada rota mientras escuchaba las palabras completamente ofensivas del suizo. ¿Estaba mal o le había llamado…’niño’…? ¿Sin amigos…? ¿Amigos IMAGINARIOS……..?

Y como esa era una palabra casi prohibida en el Reino Unido, el de ojos verdes no tardo ni dos segundos en reaccionar mal, como era de esperarse, ante tal ofensa no solo hacia su persona sino hacia seres que le habían acompañado, así como las gnomos, las hadas y unicornios del territorio, desde su mas tierna infancia. - ¡¿CÓMO TE ATREVES?! ¡Podrás insultarme a mí y QUIZAS salgas bien! ¡¡¡Pero no vas a insultar a mis---….!!! –se vio furtivamente interrumpido por el suizo que, de un momento a otro, se le lanzo encima, tirándolo al suelo y haciendo que los trozos de de espada rota saliesen volando.

En cuanto intento comenzar a ahorcarlo él comenzó a gritarle.- ¡Ahhh! ¡¿Qué estas haciendo?! <___< ¡Suéltame, idiota! ¡¿De que estas hablando?! >__> -escuchándole confundido hasta ver, mientras era ahorcado e inmovilizado, a una de sus hadas revoloteando cerca suyo, sorprendiéndose ante ello y quedándose sin aire durante unos momentos, queriendo intentar alertar al ser de que se alejase.- ¡Ahh! ¡¡En primer lugar, porque tu estas ahorcando a su hogar!! –exclamo como pudo, moviéndose como una oruga y finalmente logrando golpear con sus rodillas los costados del suizo, dándole varios rodillazos hasta que el agarre en sus muñecas se hizo menor, comenzando a ahorcarse mutuamente.

- ¡¡¡Suéltameeee!!! –aun retorciéndose, y comenzando a llenarse a los alrededores del jardín de rosales y de los floreros con rosas de varios y distintos tipos de llamativas y coloridas luces, que eran demasiado incandescentes para ser notadas por completo. “¡Agh! ¡No! ¡No vengan cuando hay psicópatas mirando! >__<”
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((No te preocupes xDDD a mi me parecio hiper gracioso, y muy tierno xDD))

Las lagrimas de coraje no dejaba de salir de los ojos Suiza, mientras sentía como Inglaterra intentaba salirse de su agarre –Nunca se los perdonare- y un recuerdo de el cuando niño cuando niño llorando bajo la lluvia solo, pues sus disque amigos decidieron dejarlo cuando mas los necesitaba –NUNCA- grito completamente colérico, cuando noto que aun lado del ingles otro resplandor volvía a aparecer y fue cuando ocurrió todo su auto contra se perdió y logrando liberarse un momento del agarre de Inglaterra saco una arma muy diferente a las demás.

-SABES QUE ES ESTO, NO CLARO QUE NO NUNCA LO HAS VISTO… yo mismo lo e diseñado para poder matar a todos aquellos que me abandonaron – y apuntando a Arthur con ella –Esta pistola es real, esta echa con un antiguo conjuro, y la e buscado por todo lugar- y la sonrisa desquiciada se apodero de su rostro –Su función es muy simple, impide que las personas vean a los seres mágicos y resulta ser muy útil, ya que ellos mueren cuando la gente deja de verlos o creer en ellos- pero por mas que hablaba no podía impedir que las lagrimas dejaran de salir de sus ojos.

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lo siento es algo corto pero en serio queria saber como reaccionaria inglaterra ante esto

((Se infartara, pues xDDD Arthur 'Tierra de Duendes' (Kirk-Land xDD) no seria nada sin sus criaturas xD Aunque en ultima instancia, las mismas haditas salvarán a su 'Tierra' XDD))

Confundido ante aquella reacción tan violenta, y sin poder comprender en qué rayos estaban tan concentrados los celestes ojos, el británico sólo seguía removiéndose, de a momentos preguntándole entre balbuceos el porqué de sus palabras.- ¡Pe-pero demonios, no te entiendo! ¡Y te dije que me soltaras! ¡Ni siquiera comprendo de quiénes hablas! << -ya molesto de que siguiese culpándole a él de que le hubiesen abandonado, se sintió aliviado al sentir que el peso del suizo sobre él disminuía, mirándole entonces.

- Bien, entonces, ya estas más...-abre los ojos, teniendo adelante la punta de una pistola, sobresaltándose por la sorpresa. "Ohhh ¡Fuck! ¡No empecemos de nuevo...! ¡Si este idiota me deja moretones aquí, mi gente podría resultar herida...! ò__o" refiriéndose a que golpes en su cuerpo podían equivaler a problemas naturales y de otros tipos en el Reino; pero pronto esa idea se desvanece, al escuchar al suizo explicarle, de una forma bastante extraña, las caraterísticas de aquel arma.

Si hubiese sido cualquier otro país, probablemente se hubiese muerto de la risa al escuchar las palabras 'antiguo conjuro', pero por ser quien era, escucharlo le provocó un enorme escalofrío; Arthur le temía más a la magia negra usada en su contra que a cualquier arma. Porque la magia negra y las maldiciones que conllevaba no eran solo pasajeras. - ¡He-hey! ¡Hey you! ¡Take it easy! Okay...? Ah... ¿desde cuándo tú crees en esos conjuros...? ¡Ni siquiera sabes hacerlos...! -se interrumpió, helándose literalmente al escucharlo, sin saber si estar más asustado por escuchar que ya no los vería o por saber que ellos morirían.

Comenzó a retorcerse con fuerza, tomando la muñeca que tenía el arma y forcejeando para correrla de delante suyo.- :chan: ¡T-tienes que estar bromeando! ¡¡Nunca podría perdonarte!! ¡¡Aleja esa cosa de mí!! -buscando voltearse o empujarlo.- ¡¡AHH!! ¡HEEEELP! ¡Ma-maldita sea, Suiza! ¡No entiendo qué ganarías tú con esto! -lloriqueando tan infantilmente y asustado como cuando Francia intentaba propasarse con él. Pero aunque a simple vista pareciese infantil y hasta chistoso, el inglés realmente estaba aterrado con la idea. - ¡Que me sueltes te digo! ¡¡Además, tu dices que te abandonaron...!! ¡¿Pero acaso crees que eres el único que estaba solo?! -y de esa forma, gritándole de a momentos para hacerlo entrar en razón y de a momentos solo desde su punto de vista egoísta pero cierto, el británico seguía revolviéndose, preguntándose en dónde rayos estaba el 'Héroe del Muno' cuando él estaba pidiendo a los gritos por ayuda.

Sumamente turbado ante los comentarios hechos por el ingles Suiza lo fue soltando lentamente –tal ves tengas razón y no e sido el único que a estado solo, pero tu siempre has sido fuerte, nunca tuviste que pasar por lo que yo pase y a diferencia tuya, las hadas me abandonaron solo por estar sucio– el coraje expresado en su vos lo que el sufrió un niño mimado como había sido Inglaterra jamás podría entenderlo.

Cuando por fin soltó completamente al ingles, se sentó recargando su espalda contra la pared mientras, mientras el suave sollozo se hiso más perceptible –todo niño puede verlos- contesto amargamente Suiza –Sin importar de donde sea y se les conocen con distintos nombres, pero hay un momento en que ellas abandonan a todos los niños a unos antes a otros después, pero al parecer a ti nunca te abandonaron- y una risa desesperada se apodero completamente de Suiza –Fue gracias a que ellas se alejaron, tan solo por encontrarme repugnante que aprendí que lo único que nunca me abandonaría serian mis armas- al calmar su risa su vista se poso completamente en Arthur –No creo que algún día lo entiendas, pero el que las sigas viendo significa que posiblemente todavía no has perdido la virginidad- y la risa volvió a el pero ahora de forma burlona –Creí que el inventor de las noticias sobre el sexo mínimo ya tendría algo de experiencia pero parece que me e equivocado- sentencio ahora mas tranquilo y guardando el arma entre uno de los millones de bolsillos de su pantalón.

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XD ya casi termino de leer el manga o al menos lo que hay de el XD

Era difícil a veces. Ya saben, estar en todas partes al mismo tiempo.

Escuchar a sus líderes, cumplir las peticiones de su gente, vigilar las fronteras, cuidar que los del Eje no causasen problemas, y vigilar a sus propios aliados.

A veces el americano se sentía ligeramente sobrepasado, pero no se quejaba y disfrutaba el ser quien era y tener sus responsabilidades. No era fácil. Pero era lo suficientemente difícil como para sentirse orgulloso si podía cumplirlo bien.

Y él sabía que todas las naciones tenían responsabilidades como él. Y también debían tomar sus propias decisiones. Los Terrenos de Paz eran una cosa, él podía involucrarse y procurar que nadie sobrepasase las normas, pero en los terrenos de cada nación solo ellas tenían jurisdicción. Él ni siquiera debería entrar sin permiso. Pero en el caso de Reino Unido era inevitable.

Alfred acarició su pistola, apoyado en al pared de la casa por fuera, a un lado de la ventana que daba al salón de la casa, donde los hechos entre el Suizo y el inglés se llevaban a cabo.

Había tenido que controlarse para no saltar dentro y agarrar a balazos al de boina, mientras le gritaba "¿Quién dice que no ha perdido al virginidad?", pero tuvo que respirar profundo contando hasta 10. No permitiría que le hiciera nada al de verdes ojos, y para vigilarles usaría todas sus habilidades de espionaje, procurando que no le viesen, a menos que no quedase otra opción.

Miró por la ventana con cuidado, más tranquilo al ver que el suizo guardaba aquella 'ilógica' arma, y viendo a Arthur en el suelo. Estaba bien.

Él se encargaría de ello.


((Gomen, no pude resistirlo xDD sigan como si no hubieran leído nada. Alfred está escondidito xD))

A medida que le iba soltando el suizo no dejaba de pronunciar un dialogo que estaba encolerizando y lastimando al rubio británico, haciéndole recordar épocas y momentos de infancia de su vida que sencillamente no se le daba la gana recordar, lo que se veía pues nunca hablaba de ello con nadie. Ni siquiera le había contado todo a Alfred. Apretó sus dientes, mirándole con enfado.- ¡Damn! ¡Deja de hablar como si supieses algo de mi vida y de cómo la viví…! Por la Reina…tu ni siquiera me conocías…-se encoge de hombros, siendo soltado finalmente y medio incorporándose, sentado en su lugar y sonriendo con pedantería, para no seguir demostrando tanta debilidad.

- ...aunque no te negaré lo de que yo siempre fui fuerte …sin embargo, si tan culto eres como estoy seguro te crees, deberías saber que yo fui dominado por…-sufriendo de un intenso tic nervioso ante la vergüenza de tan solo tener que recordar y encima COMENTAR aquello.- el idiota cara de vino… ¡A-así que, no vengas a decirme que sabes cómo pase yo mi infancia! :XP: -se queda en el suelo sentado, mientras Suiza se acercaba y recargaba en una pared, ambos cabizbajos por tener que recordar momentos que ninguno deseaba.

Incluso antes de que Francis se aprovechase de lo pequeño e inexperto que era, una de las primeras cosas que Arthur recordaba era el haber estado en un bosque, solo y asustado, comenzando a llorar instantáneamente y cayendo por el cansancio. Recordaba que, al despertar, un pequeño unicornio bebe lo miraba con curiosidad, lamiéndole la mejilla.* Había sido él quien le presentó a las hadas del lugar y, cuando conoció Gales e Irlanda del Norte, también conoció a los duendes y a los gnomos. Estuvo separado de todos ellos al ser conquistado por Francia; y aunque el de ojos verdes nunca jamás lo aceptaría, su pensamiento imperialista se debería a la idea de ‘no volver a pasar por eso’, a no volver a dejar que nadie le dominase a él. Sería siempre al revés.

Se mantuvo distraído por unos escasos momentos, siendo llamado a la realidad por los sollozos de Suiza y sorprendiéndose ante ello. “A-ah…rayos, un momento, Arthur…aunque…aunque diga lo que diga…tu no tienes porqué sentirte responsable, no es tu culpa… ” – E-es difícil de creer que…que te hayan dejado por algo así…ellas no son superficiales, Vash…-algo contrariado, mira nuevamente hacia el jardín de rosales.-…se que los niños pueden verlas, por supuesto…muchas de mis colonias podían hacerlo antes… pero…no es culpa de ellas el que los abandonen –le mira, con algo similar a un puchero.- ustedes las olvidan primero, además……-se queda callado al escuchar la extraña risa que se había formado en el suizo al hablar de las armas que tanto usaba, haciendo que una parte de Arthur, la que no era egoísta, comprendiese lo que decía. Al estar solo, su única forma de protección había sido resguardarse en las armas; por respeto a esa comprensión se mantuvo callado, sin embargo, esa parte suya fue rápidamente extinguida al escuchar a Vash continuar con una risa ya burlona, hablando de………… ¿de su virginidad?

Inmediatamente se levanto del suelo, sacudiéndose aunque el suelo estuviese demasiado pulcro como para tener tierra y mirándole con el rostro desbocado de vergüenza.- ¡Maldito! ¡¿Co-como te atreves a decir eso?! <//////< ¡Eso no es algo que te incumba, y además…! ¡E-eso tampoco tiene que ver con verlas o no, pervertido! >///> ¡¡Y para colmo, no tienes permiso para suponer nada de mi vida personal!! ¡¡¡Cho-chocolatero pervertido!!! >///< - con el rostro hecho un tomate, se quedó sin aire de tanto gritar, apretando sus manos en puños y mirando agitado hacia el suelo, avergonzado.- I-idiota… n-no tiene nada que ver una cosa con…la otra… -///-U -cruza sus brazos, cabizbajo, en un intento de no mostrar su rubor; inútilmente.
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((No te preocupes xD...oh, lo del unicornio -se llama Percival XD- y su infancia, lo saqué de algunos anexos de Hetalia en japones ^-^ aquí una imagen del unicornio y Arthur bebe xD))

Spoiler:

Permaneció observando a Inglaterra ante todos sus comportamientos distintos, las caras que hacia, las cosas que decía, el como se sonrojaba y fue cuando ocurrió, desde hace tanto tiempo que una risa verdadera salía de Suiza, la cual poco a poco fue creciendo –entiendo, entiendo, e de imaginar que ya no lo eres, por tu forma de defenderte y sabes algo tal vez no conozco nada sobre ti, pero creo que me alegraría hacerlo- aunque sus ojos todavía mostraba mucha tristeza la sonrisa de su rostro era completamente real –para tu información, yo nunca deje de creer en ellas, simplemente un día desaparecieron y cuando las intente buscar ellas escapaban de mi –no entendía mucho el porque le contaba todo eso a Inglaterra, pero simplemente se sentía en una confianza que nunca antes pudo imaginar.


-Sabes Inglaterra, nunca e entendido a los otros países, de porque ellos no pueden guardar su dinero en sus propias casas, o de porque siempre intentan conquistar a otros, o por que Francia… bueno es tan Francia, pero lo que me lleva a esto es que nunca los entenderé porque tu no les agradas, eres realmente simpático cuando convives con uno, me habría gustado mucho conocerte desde antes para que fuéramos buenos amigos- decía mientras se levantaba del suelo y dándole la espalda a Inglaterra observo por la ventana los rosales, en donde se encontraban algunos destellos y el viento jugaba con sus pétalos –Yo no soy capas de verlas completamente, tan solo son suaves destellos lo que llego a percibir y cuando cierro los ojos y veo al viento jugar en las ramas de algún árbol las recuerdo- decía mientras notaba como el clima empezaba a cambiar dramáticamente, y una lluvia helada empezó a caer y sacando su cara para que la golpeara las cotas casi heladas.


Al meterla completamente y tener los cabellos pegados a la cara, con algunas gotas escurriéndole y mojando sus ojos simulando un llanto, por lo que los ojos se notaban rojos y brillosos –Creo que al final el único país al que ellas realmente quieren es a ti –decía mientras caminaba hasta llegar a Arthur y tomando su mentón lo obligo a mirarlo a los ojos –creo poder comprender lo que las hadas quieren tanto de ti –sus ojos no los despejo ni un segundo de los de Arthur para poder saber su reacción ante lo dicho, pero poco a poco lo fue soltando.

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EUA se va a mojar XD jajaja

El Americano permaneció silencioso escuchando en el interior, comprobando el suelo con la suela de su bota en silencio, mirando el perímetro.

Un par de luces se veía entre los arbustos del enorme jardín del inglés, pero Alfred lo asocio a su miopia y la hora del día, borrándolo de su mente con extraordinaria rapidez. Como si estuviese acostumbrado.

Volvió a enfocar su concentración al interior del lugar, procurando permanecer impasible frente a todo lo que se decía. Aunque fuese dolorosamente duro el escuchar de Francis. Una razón más para patearle la próxima vez que le viese. O de dejar a Arthur patearlo, tenía suficientes razones.

Su pistola fue acariciada mientras sonreía al escuchar la voz nerviosa del otro, controlando el no reír, pero yéndose todo el deseo al escuchar a Suiza. No es que fuese tan egoísta como para no desear que Arthur tuviese más amigos que él mismo. Pero el solo pensar que ese amigo podría ser el tarado relojero/chocolatero/Banquero/Psicópata-de-las-Armas, le provocaba dolor de estómago.

Si, era por que era SUIZA, no por el hecho de que el británico tuviera un amigo. Era por QUIÉN era su amigo. Si.

No había ni alcanzado a autoconvencerse cuando escuchó los pasos, mirando alrededor, buscando donde esconderse. ¡Damn it! No había visto la posibilidad de que se asomasen por la ventana.

Levantó la vista y vio una cornisa por encima de la ventana, pegando un salto (impulsandose en la pared) y afirmándose de un cornisa superior y poner los pies en la cornisa sobre la ventana.

Mirando hacia abajo vio como el Suizo sacó la cabeza para algo, sintiendo de pronto como cambiaba el viento y húmedas gotas comenzaban a golpearle. ¡Lluvia!! Ese definitivamente no era su día.

Y estaba empapado cuando a Vash se el ocurrió la brillante idea de volver a entrar la cabeza, mientras el americano mascullaba silenciosamente maldiciones, con los anteojos mojados.

Perfecto.

¿Ahora como bajaba?

Aun con el rostro encendido, el inglés agradeció que Vash concluyese el asunto de su virginidad, tema que al de las grandes cejas realmente le ponía los nervios de punta; al fin y al cabo, el británico siempre había sido muy reservado y vergonzoso con respecto a las relaciones amorosas, y en general, a la demostración de sentimientos; era tan torpe para ello como Alemania, o aun mas.

Y aunque no lo demostró, por mantenerse cabizbajo y avergonzado, en realidad el rubio le presto atención al de cabello liso en cuanto éste le explicaba cómo había sido su separación de aquellos seres mágicos, logrando que la vergüenza del de ojos verdes se aminorase y se mantuviese cabizbajo aun, pero sintiéndose algo acongojado. Él no podía darle ninguna explicación sobre eso, pues ni siquiera estaba muy seguro de la razón por la que permanecían con él; se le había hecho una costumbre demasiado arraigada el ser ‘La Tierra de las Hadas’. Sin embargo, Suiza se desvió de aquel asunto y en cambio, comenzó a hablar de los países, sin poder Arthur evitar sonreír con burla al escuchar lo que dijo sobre el francés, aunque dejando caer una gota ante eso de ‘porqué siempre intentan conquistar a otros’.

- Mmh… bueno, sí…supongo que…-dejo la idea a la mitad al escuchar las palabras del suizo hacia su persona, sonriendo en plena confusión y mirándole como si fuese (y es que era) la primer persona que le decía algo así. Y por nunca haber escuchado eso venir de alguien es que se quedo tan mudo y lo tomo tan desprevenido, logrando que subiese el rostro y se quedase estupefacto, para al final, luego de procesar la idea, sonrojarse pudorosamente y fruncir el ceño, en una expresión aniñada en que su rostro se curvaba al estar en situaciones confusas y vergonzosas para él.- N-no deberías decir…cosas así… -mirando hacia un costado con vergüenza, notando al darle un simple vistazo a las nubes que pronto comenzaría a llover a cantaros, lo que ocurrió poco después.

–Eh…yo, te lo agradezco pero…-sonríe fingiendo estar orgulloso y presumido, intentando disipar aquella idea del suizo, pues realmente le avergonzaba que, después de pensar que era respetado tan solo por su poder, una Nación de Europa misma le dijese todo lo contrario.- Ja…¡JaJaJa…! Re-recuerda que yo fui una Nación pirata, a-así que…pues, es natural que todos me odien –se encoge de hombros como si no le importase.- po-por eso…-y una vez mas volvió a quedarse sin palabras, escuchando a Vash comentarle cómo veía él a las hadas, y sintiendo Arthur el abismo en ambos, considerando que él podía verlas fácilmente como una silueta con forma e incluso con rostros diferentes en cada caso.

Sorprendido luego de eso, vio como el de ojos más azulados se empapaba, mirando automáticamente las gotas que estaban mojando el suelo y sufriendo un tic de necesidad de limpiarlas, aunque controlándolo, lo suficiente como para posponerlo y prestarle atención al suizo. Por un momento pensó que estaba llorando, pero descarto esa idea por verle con los cabellos tan empapados, mirándolo simplemente y pestañeando como confuso. “ ¿Qué bicho le habrá picado para hacer eso…? Esta bien que está acostumbrado al frío pero….mi alfombra TT___TT’ recordó con pena, siendo una vez más tomado por sorpresa por las palabras de Vash y dándose cuenta tarde que el suizo le obligaba a mirarlo a los ojos, tomándolo por el mentón.

Confundido, solo atinó a sufrir un nuevo tic, pero uno de vergüenza, poniéndose gradualmente más ruborizado y más nervioso, hasta al final reaccionar de la única forma que podía: despistado.- Ajajaja… ¿e-en serio…? Mira qué cosas…qui-quizás les gusta mi té…-deja caer varias gotas, agradeciendo que le soltase y sintiéndose perseguido por aquellos ojos, mientras daba un paso atrás- ¿Q-que sucede? Mh… ellas sí me quieren pero…n-no creo que sea por algo en particular…-
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(( Por baka XD))

Suiza volvió a sonreír al escuchar la mención del te –Si es posible, es delicioso – y tomando una de sus manos lo obligo a pararse y quedar pagado a el –me gustaría que me enseñara ha hacerlo, dicen que es algo que te tranquiliza mucho- la sonrisa que mostraba el suizo no desaparición aun soltando al ingles –Claro si e consideras digno de enseñarme, yo podría enseñarte muchas otras- le comento de forma divertida comenzando a seguir al ingles.

-Por cierto Inglaterra que es lo que tienes con EUA- pregunto completamente serio mientras cambia de tema radicalmente al observar un cuadro donde salían ellos dos juntos, claro un americe aun pequeño, mas sin embargo no se habían cruzado con el retrato de otra de sus colonias, curioso no?

Podía notar el enorme nerviosismo de Inglaterra al mencionar ese tema, pero estaba decidido, no permitiría que se escapara del asusto –Supongo que lo has de querer mucho, pero tu lo amas? –pregunto deteniendo un poco el pasa para poder mirar mejor al ingles, en cual no dejaba de tartamudear.

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U._. me quede dormida esperando la respuesta XD jejeje

Bastante nervioso al sentir que Suiza le pegaba a él, terminó alejándose de manera si bien no brusca (para no resultar ofensivo, considerando que no tenía ganas de que le volviese a disparar con nada), pero sí segura, sin estar muy convencido todavía de esa clase de contacto físico. Sin embargo, puso suma atención a lo que decía, sonriendole al escuchar decir que su té era delicioso y asintiendo a su pregunta.- Claro, claro Cualquiera puede aprender a hacer un buen té ceremonial si le enseñan bien y aprende con ganas... imaginate que hasta Alfred aprendió -bromea con sarcasmo, dándose media vuelta luego de eso y siguiendo finalmente, pasando la sala principal y decidiendo, entonces, cambiar un poco sus planes sobre el bordado y posponerlos.

Así entonces comenzó a ir hacia la cocina de la casa, que estaba en la planta baja, la misma en la que ellos se encontraban, y mientras el suizo le seguía escuchó una repentina pregunta que le descolocó bastante, haciéndole sentir escalofríos por el nerviosismo súbito que sintió.- ¿Có-cómo...? -balbuceó el británico, bastante contrariado y sonrojándose de un momento a otro, desviando su mirada hacia un cuadro que acababan de pasar y suponiendo que la pregunta había salido con base a eso.

- Ehm...di-disculpa Vash, pero...- "¿Amarlo...?" confundido entre lo que pensaba y entre lo que decía, terminó guardando un incómodo y vergonzoso silencio mientras caminaba cada vez más despacio y torpe, balbuceando, como intentando responderle y quedándose sin habla de por medio.-... I am sorry, but...I don't understand...-logró articular, sin poder mriar al suizo por los nervios.- ...¿a qué viene una pregunta así...? Digo...sabes bien que América es una antigua colonia británica...y si es por...por el...retrato pues, basándonos en eso, es normal... -esquivando la pregunta como pudo, mantuvo su rostro cabizbajo nuevamente, casi sufriendo dolor de cabeza al plantearse aquello.

Amor... esa era una palabra realmente...fuerte, ¿verdad? Y aún así, luego de lo que había ocurrido unos días atrás en su misma casa y con aquel del que hablaban... tampoco podía asegurar que no sintiese nada. Esa pregunta desestabilizó bastante al rubio que, en un intento de esquivarla, prefirió hablar de ello desde la pura lógica...olvidando que, para los sentimientos, no cabía ninguna.

Mirada siguió cada paso que daba Inglaterra, cada expresión en su rostros y por su puesto su nerviosismo –entonces no te importara que haga esto- dijo tranquilamente deteniéndose antes de entrar a la cocina tomando entre sus brazos a un sumamente nervioso Inglaterra y robarle un dulce beso en los labios, que realmente solo fue un suave rose que de siso casi en seguida para poder conocer la reacción del ingles, pero sin soltar realmente su cadera, permitiéndole tener todavía ese contacto con el.

-Pido perdón por mi atrevimiento, pero repito, ahora que te conozco mejor no encuentro algo realmente desagradable en ti, sino mas bien descubro que eres la persona mas dulce y tierna que e conocido- decía mirándolo a los ojos mientras que depositaba un suave beso en su frente, -Tal vez no seas débil como el pequeño Italia y su hermano, o tierno como el joven Japón, pero tu tienes algo mas hermoso que ellos porque aunque eres fuerte aun eres alguien de buen corazón, que me permito decir, no quiero como un hermano, sino como alguien a quien quiero a mi lado- no conocía la actitud que podría tener Inglaterra ante lo ya mencionado así que el abraso lo fue relajando poco a poco

-Entiendo perfectamente que estés confundido, pues anterior mente te e atacado sin razón alguna, pero si me permitieras explicarte, Japón siempre a sido como un hermano al que tengo que proteger, porque estados unidos siempre se aprovecha de el, que tenia miedo que otro país le hiciera lo mismo, y pido disculpas por ello, porque ahora se que no serias capas de dañarlo- ante todo lo dicho en ningún momento la suavidad de su voz y la seriedad de su rostro cambio –Así que te pido me des una oportunidad, o al menos mientras me encuentro en tu casa, si al irme sigues pensando lo mismo de mi, prometo no volverte a insistir, solo seré un amigo con el que podrás hablar de todo sin que nada importe- sentencio su propio amor con la ultima frase, porque no sabia si seria capas de soportar escuchar al ingles hablar de América delante de el.

“¡¿P-p-p-p-pero qué esta haciendo?! x///x”

Aquello fue más de lo que Arthur podría haberse llegado a esperar. Es decir, hacía unos pocos días ése mismo que ahora le había robado un beso le estuvo disparando en un parque y para peor, en una Conferencia Mundial, sin temor a hacerlo frente a todos. Hasta hace unos cuantos minutos, hasta podía sentir el odio salir del suizo por tener que servirle como castigo, y ahora… ¿le besaba?

Realmente, era mucho más de lo que el británico podría haber siquiera pensado; siempre había sido un excelente estratega…pero adelantarse a esa clase de acciones era algo que nunca había sido capaz de hacer. Su primera reacción fue no reaccionar; la segunda, sorprenderse, asustarse y sonrojarse, todo a la vez; la tercera, y en reacción a la segunda, fue retroceder en cuanto estuvo libre, alejándose del agarre a su cintura con una expresión entre avergonzada e incrédula. Miedosa- ¿E-eh…? ¿Pe-pero qué rayos estás diciendo, Suiza…? O////o… -con un tic nervioso, y luego de ser besado en la frente, el inglés comenzó a escuchar la explicación ajena, cada vez más confuso y avergonzado.

“U-un momento… ¿Cómo es que cosas así siempre terminan pasándome a mí? <///< ¿Bu-buen corazón…?” repitió en su mente, anonadado y confuso. Estaba acostumbrado a otra clase de apodos; pirata, imperialista, cruel, sangriento, egoísta… ¿pero, de buen corazón? No…escuchar algo así era ya tan remoto que en su mente solo quedaban los meros recuerdos de un pequeño Alfred, único ser que alguna vez le dijo palabras como esa.

¿Qué se suponía que tenía que decirle…? ¿Por qué sentía una opresión tan fuerte en el pecho, como si estuviese ejerciendo una traición imperdonable hacia alguien? No es como si él tuviese alguien de ese estilo… ¿cierto? – Su-Suiza, e-esto es algo…ehm… repentino… ./////.U y yo…- se mantuvo callado al escuchar lo que decía sobre que sería un amigo en caso de que él se negase, y no pudo evitar sonrojarse aún más, manteniéndose todavía a varios pasos del suizo, habiéndose alejado del contacto.

Bajó la cabeza luego de no poder seguirle hablando, sonrojándose más que antes y tragando saliva al darse cuenta de que, aquella sensación de traición, era causada por recordar continuamente lo que había ocurrido entre Alfred y él días atrás. Aun estando ebrios, el británico no pensó en nadie más que el americano en cuanto Vash le besó, y eso, en más de un sentido, estaba aterrándolo. – Yo… pri-mero que nada… no se a qué te refieres con ‘seguir pensando lo mismo’… ù//ù… veamos, no te guardo mucho rencor por dispararme, si es eso lo que temes…ehm… y… ¿a… a que te refieres con que te de una oportunidad? Ser amigos sería…bueno…muy bueno -balbuceó, con suma torpeza, pues nunca había hablado con nadie en términos de amistad. Quizás la única excepción era otro aristócrata, Roderich, con quien había compartido algunas reuniones diplomáticas bastante amenas.

Y aun solo la imagen de la amistad se veía como algo vergonzoso para el rubio, por lo que la de ‘algo más’, y por muy culpable que se sintiese por la situación, era algo inconcebible para él… era mejor pensar que era inconcebible, a aceptar que en su corazón, de hecho, ya había alguien.
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((Lamento haberme ido asi ayer TT___TT mi mama me empezo a mirar feo y casi pierdo el post x_x asi que ni avisarte pude, gommen! ;__; ))

Los ojos de Suiza perdieron todo brillo al escuchar al ingles hablar que lo prefería de amigo, pues simplemente ese simple termino no lo llenaba lo suficiente, el deseaba tocarlo, besarlo y tenerlo cada que hubiera oportunidad –Por favor Inglaterra, dime si hay alguien mas y ya no te seguiré insistiendo- decía mientras tomaba la mano derecha de UK y la acercaba a sus labios para poder besarla de una forma sumamente gentil –Pero si me das la escusa de que prefieres mi amistad jamás podre entender el porque me rechazaste- decía sin soltar su mano.

-O al menos dame una oportunidad para demostrarte todo lo que te puedo querer hacer- y sin soltar la mano de Arthur, suiza con su otra mano acaricio levemente la mejilla –Te prometo que te are tan feliz que olvidaras todos los momentos malos que pasaste en la antigüedad, tan solo te pido una oportunidad- las mejillas completamente encendidas de Inglaterra le permitieron adivinar su lucha interna, que era lo que le afectaba, que no le dejaba conocer el amor, -Porque aun no estoy seguro que te amo, pero te puedo garantizar que lo que siento es tan grande que me hace desear poder protegerte y el querer saber todo de ti, quiero saber el que callas, lo que quieren decir tus expresiones y tus palabras, Arthur por favor déjame permanecer a tu lado para que tu también seas capas de entender mis sentimientos- su tono de voz era tan suave y tranquilo, pero a la vez tan seguro de si mismo que no existía duda alguna del cariño que Suiza empezaba a tener por Inglaterra


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a no te preocupes XD es normal luego las mamas son asi xD jejeje, por cierto que te parece la faseta romantica de suiza?

El Americano seguía afirmado en la cornisa sobre la ventana mientras la lluvia le golpeaba con fuerza. Mantenía los ojos cerrados y contaba hasta 100 para mantener la calma y pensar como salir de allí.

No era el estar arriba, ni el estarse mojando (a pesar de que eso le había, literalmente, aguado los ánimos), era en realidad el ya no poder escuchar lo que ese par hablaba.

Desde la reunión que tenía una mala espina con Suiza. Nunca le cayó bien. Demasiado bueno con las cuentas, y ese 'Nestlé' se estaba pasando de listo ya comprando empresas y acrecentando sus ganancias. En fin, nunca le interesó demasiado. No tenía la fuerza para detener sus negociaciones con Japón, y no le había atacado nunca derechamente. Estaba metido en medio de Europa y no le molestaba. Estaba lejos de sus intereses.

Pero ya no.


Observó hacia arriba y vio una ventana, por lo que dio un pequeño salto, afirmándose de allí y abriendo la ventana con cuidado, poniendo su pistola para que no se cerrase, silenciosamente.

Usando su entrenamiento, se introdujo dentro de la casa, cayendo en la alfombra dando un giro, no metiendo más ruido que un lápiz al caer, quitando luego su pistola y cerrando la ventana sin meter ruido.

Su ropa estaba empapada y mojaba la alfombra a su paso, pero no le importó, puesto que esperaba no estar para cuando Arthur se diera cuenta (por que si no probablemente le regañaría fuertemente). Caminó por el segundo piso de la casa rumbo a las escaleras, escuchando atentamente. El sonido de las voces venían desde la cocina. Se limpió los lentes y permaneció con su rostro de misión, absolutamente inexpresivo, agachándose y comenzando a deslizarse con los codos, asomándose por la barandilla de la escalera, entrando en su campo de visión el rubio Suizo y parte de UK.


-"Gotcha"- pensó el americano, poniendo atención a las palabras de ambos.


Al comienzo no comprendió mucho, el Suizo habla de oportunidades, de ser solo un amigo. ¿De qué shit hablaba?. Con el ceño fruncido trató de mirar la expresión del británico, pero solo alcanzaba a ver prte de su cuerpo desde allí. Vio como retrocedió y, por su voz, estaba... ¿Avergonzado?. '¿Qué era lo repentino?' se preguntaba el americano, con el corazón ligeramente acelerado, sin que su conciente comprendiese nada, aunque con el estómago apretado.

Los ojos celestres se cerraron con fuerza apenas vio la acción del ex mercenario. Su labio inferior sangró por la inconciente presión que tuvieron sus dientes allí, mientras sus dedos apretaban con fuerza sus palmas a través de los guantes de cuero, volviendo a mirar mientras escuchaba.

Lo que su mente había tardado en comprender, su cuerpo y su alma lo habían hecho mucho antes. Todo en Alfred ardía de fría furia. Con el arma apretada en la mano deseó pararse y disparar directo al corazón del otro sin miramientos. No erraría, no con su duro entrenamiento diario. Sería una muerte rápida, e indolora. Y no dudaba que podría hacerlo.

Pero algo le detuvo. Un algo que le llenó de agujas el corazón.

Culpabilidad.

¿Qué derecho tenía él para venir a juzgar y condenar por su propia mano al Suizo el que lo único que estaba haciendo era hacer lo que él no había podido en casi 200 años?

Lo estaba haciendo. Así, espontáneamente. Sin tartamudear, mirándole directo a la cara y aferrando su mano como él hubiese querido hacerlo.

Sus ojos se humedecieron tras los anteojos mientras sus manos se liberaban de la dolorosa presión y todo el cuerpo se relajaba de la tristeza y la culpabilidad que sentía, mirando la alfombra sobre la que permanecía acostado, mientras dejaba la pistola allí.

No sabía cual podría ser la respuesta del británico hacia los sentimientos del suizo, pero si era una aceptación, el americano lo tendría bien merecido.

Por no ser capaz de luchar por lo que deseaba. Por temer.

¿Acaso eso no era algo contradictorio? Después de todo, casi al mismo tiempo en que le decía que no le insistirá mas, le decía que le diese una oportunidad para demostrar que podían ser felices… y Arthur no podía aceptarlo así como así.

Él no era la clase de persona que podía confiar tan fácilmente en las palabras. Y sin embargo, era fácilmente impresionable, cuando alguien hacia o decía algo que lo sacaba de su rutina y de su costumbre, algo que fuese ‘nuevo’, realmente se quedaba descolocado, se avergonzaba y rápidamente no encontraba manera de actuar. Detestaba cuando le pasaba eso, y más aun cuando otros notaban esa vergüenza. Pero no podía dejarse llevar por palabras así…aun con lo fuertes que fuesen…

“Damn, damn… ¡¡damn!! ¿Po-por que tiene que seguir haciéndolo…? ¿Por qué sigue preguntándome si hay alguien más…? ¿Por qué sigo pensando en ese malagrade--…?” de pronto y al verse nuevamente pensando en el susodicho del Nuevo Continente, apretó sus ojos, bajando el rostro con frustración ante aquella situación tan comprometedora y en especial tan vergonzosa. ¿Qué le podía decir? No quería mentirle, y mucho menos darle esperanzas de algo que él no podía concebir… por mucho que lo llamasen cruel, él no era tan cruel…

- …V-Vash…- balbuceó, volviendo a llamarlo por su nombre nuevamente, luego de no hacerlo desde que el suizo le había besado. Mantuvo su rostro cabizbajo, sonrojándose gradualmente hasta las orejas y apretando los puños, con el ceño muy fruncido, pero no enfadado, sino triste; sumamente culpable.- Y-yo… la verdad no entiendo cómo…como es que llegamos a esto… pero no quiero decir algo de lo que tenga que…-incómodo, se mueve.- ...no quiero decir algo que luego me haga arrepentirme…- cerró sus ojos unos momentos, y antes de que el suizo se diese cuenta el británico se estaba tomando la cabeza con fuerza, como si sintiese un fuerte dolor y una intensa lucha dentro.

- M-me…me honra que me digas todo eso…- avergonzado, aprieta sus dientes entre frase y frase.- pe-pero… m-me confunde demasiado… yo…ha-hay algo que…hay algo en lo que no puedo dejar de pensar… algo que… “Alguien que…” –avergonzado y con la mirada temblorosa, sorprendido al escuchar sus propios pensamientos y volviendo a apretar los ojos, bajando la cabeza y la nuca, muy apenado y sintiéndose mal por tener que decirle aquello al chico que tanto se había abierto con él, aun cuando hubiese sido repentino.- …me tiene…me tiene realmente perdido, confundido…por eso yo…-siendo, sino la primer persona, una de las únicas en recibir una reverencia del británico quien, a raíz de la situación y no ser su intención el herir al suizo, inclinó su cuerpo por completo, recordando por el contacto cultural con Kiku primero y Xian después, que esa era una muestra de sumo respeto y disculpa.

- N-no puedo aceptar esa propuesta… es…demasiado…para mí… -aun en aquella posición, subió una de sus manos, cubriéndose el rostro y pasando por una de las vergüenzas de su vida al tener que hablar así. Sin embargo, no era tan idiota como para no saber en qué momento las cosas debían hablarse y aclararse, antes de que se tornasen demasiado complicadas para ser tratadas. Y por supuesto que, si alguien llegaba a preguntarle alguna vez, o si el mismo Suiza le hacía recordar sus palabras muy seguido, él las negaría sin dudarlo; era el orgullo británico.

No podía comprender cómo es que esas cosas terminaban ocurriéndole a él. Pensar que Francia vivía tirándosele encima a medio mundo… aunque en el caso de Suiza, la sensación era otra... Haberlo escuchado hablar de él con esa dulzura le había avergonzado, pero también le había halagado… -…pero… ehm…lo de que sería…muy bueno…que fuésemos amigos, pues… e-eso… no era mentira…- intentó aclarar, tratando de hacerse comprender por el Suizo y a la vez intentar apartar aunque fuese unos momentos el egoísmo de sí; no era mentira…tampoco quería lastimarlo.
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((xDDD disculpa por haber tardado tanto XDU estuve un buen para darme una idea de como responder xDD... y me parecio muy tierno xDD que sea tan directo es como 'wau xD que valiente' xDD le queda muy él, muy a disparar primero y despues preguntar XDD fue muy tierno, aunque ;O;...me siento culpable xDDU))

Sus ojos por un momento se sintieron completamente aguados ante la posición que tomo Inglaterra, ahora lo entendía él jamás lo amaría, pero al siguiente momento noto la presencia de un intruso que realmente no se agrado, porque aunque el “intruso” no causara escándalo como solía hacerlo el pequeño coteo del agua que escurría de el hacia el charquito que se formo a sus pies lo delato, -ESTADOS UNIDOS TE RECOMIENDO QUE SALGAS- le grito apuntándole con un arma muy diferente a las demás, pues esta tenia marcadas sus iníciales con oro en el mango, -TE LO ADVIERTO ESTADOS UNIDOS TENGO PERFECTA VISION DE TI COMO PARA DISPARARTE- volvió a gritar sin siquiera voltearlo a ver.

Y sin poderlo evitar un largo suspiro salió de su boca –Creo que ahora entiendo porque no puedes aceptar mis sentimientos- dijo con tal tristeza en la voz que podía llegar a cautivar a cualquiera y con su mano libre saco de chamarra una cajita muy lindamente envuelta de color azul llamativo y un listón rojo, -Es un pequeño regalo, tómalo en cuenta como el pacto de nuestra amistad- dijo sin dejar de apuntar con su arma al “intruso” –Es una estatuilla de cristal pulido en forma de unicornio y una hada de porcelana blanca con coloridas alas, estaba seguro al comprarlo que te gustaría –dijo entregándole el obsequió y por primera vez en la noche dirigiendo su mirada a estados unidos –Creo que ustedes necesitan hablar con calma- pero el rencor mostrado en sus ojos era simplemente indescriptible, y aunque el suizo habría preferido disparar contra EUA no lo hiso por respeto al ingles.

-Te preparare algo de té mientras hablas con el- dijo por fin bajando su arma y dirigiéndose a la cocina.


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a no te preocupes XD el es asi, aparte por alguna razon tiene muchos pretendientes U._. es raro XD con lo de la conferencia mundial crei que todo mundo se alejaria con el, pero a ocurrido lo contrario xD jejeje por ejem polonia es uno de ellos n_n

El americano sentía el alma en los pies. Nada podía hacer, solo escuchar silenciosamente y esperar. ¿Esperar que? Esperar lo que fuese a salir de los dulces labios del Inglés. Su tiempo ya había pasado y ahora de nada servía llorar sobre la leche derramada.

Lo hecho, hecho estaba... lo que no había hecho, ya no lo podía solucionar. Solo quedaba esperar y suplicar a Dios y Jesucristo que le dicen una segunda oportunidad.

Su inconciente le comparaba una y otra vez con Suiza. E incluso él mismo sabía que Suiza era mucho mejor para Gran Bretaña que él.

Suiza era inteligente, era rico, era mayor y era Europeo. ¿Él qué era? Solo un joven nuevo país con ni siquiera 200 años de vida, Americano. A tanta distancia. Con costumbres y formas de vida distintas. Formas que el inglés en más de una ocasión había demostrado que no le agradaban.

No tenía nada que ofrecerle. ¿Cómo podía esperar que le escogiese?

Pero aún así, de la boca del inglés no salió una aceptación. El corazón del de anteojos se aceleró mientras escuchaba ese tartamudeo. Era un rechazo.

La cabeza del más joven en esa casa se posó en el suelo, suspirando aliviado, con el rostro ligeramente rojo y los ojos húmedos tras los anteojos.

Puede que no le halla rechazado por él, puede que aún así fueran a hacer amigos, pero eso era mucho más de lo que él creía merecer. Se sentía muy feliz.

Y estaba confiado. El inglés podría enfrentarse al Suizo si este se disponía a hacer algo contra su voluntad. Su corazón se encontraba tranquilo y se dispuso a retirarse por el momento cuando algo le llamó la atención.

'Clank' se escuchaba, y el americano se asomó más por la escalera, viendo que el agua había chorreado y había hecho un pequeño charco abajo.


- "Ah, fuck... " - pensó el americano, comenzando a retroceder rápidamente para huir cuando escuchó esa odiosa voz - "¡Damn it, damn it, damn it!! " - tomó su arma y también la apuntó hacia el suizo. No permitiría que le apuntase y él no hacerlo. Si le disparaba él también lo haría. No se iría solo from del Hell.


Serio se quedó aún en su lugar, escuchando al Suizo y acabando por levantarse, mostrándose frente al inglés y al otro claramente, en silencio, sin dejar de apuntarle con el arma, mirando con indignación como le daba aquel regalo tan estúpidamente vistoso - "Me recuerda al uniforme de Francia" - pensó, entrecerrando los ojos con molestia.

Puso una mueca al escuchar lo que era ("estúpidamente cursi, púdrete en tu dinero, Zwingli"), para luego devolverle la mirada orgulloso. Ni que se creyera que le dirigiría la palabra. Su pistola respondería con más amabilidad. Estaba dispuesto a agujerearle hasta que nada quedase de él ¿Quién se creía para venir a mirarle así?, pensaba, mientras analizaba las posibilidades de éxito si le declaraba la guerra.

No bajó su arma en ningún momento, ni dejó de mirarle, hasta que se perdió en la cocina, enfocando luego su celeste mirada en el dueño de casa que estaba, por lo poco, anonadado.


- Ah... Estee... Hola Arthur... pasaba por aquí....


Que torpe de su parte no haber pensado una excusa.

Si no hubiese estado aún agachando el rostro, dejando ver su nuca, el rubio podría haber visto la mirada que apareció en los ojos del suizo, aquella vista acuosa de un llanto que quería salir y era reprimido. Y para cuando volvió a levantar su inclinado cuerpo, la mirada de Suiza, aunque desolada, no se encontraba mirándolo a él, sino que miraba hacia un costado, cerca de la escalera. Arthur llegó a mirar hacia allí confundido, antes de escuchar los gritos de Vash y sobresaltarse, sorprendido al observar también el charquito de agua.

- ¿Q-que significa esto…? ¡Alfred…! –con un tono de sorpresa y regaño, confuso y con las mejillas temblorosamente ruborizadas por no haberse percatado de su presencia antes. Claro que, en el estado en el que había terminado luego de aquel rechazo, era natural que no estaría muy atento a su alrededor; y es que en verdad detestaba que Alfred se metiese en su hogar a escondidas, fuese o no fuese para espiar, pues le hacía sentirse terriblemente desprotegido ante aquello.

Lo primero que vio, en aquel ambiente lo suficientemente tenso como para cortar un alambre, fue a ambos rubios apuntándose con sus armas, y por alguna razón no pudo encontrar reacción. Su cerebro le gritaba ‘¡Interpónteles!’, pero su cuerpo no parecía dispuesto a obedecer. Se quedó observándolos con confusión, y justo entonces escuchó el suspiro y las palabras desoladas de Suiza quien, y sin dejar de apuntarle al americano, se medio volteó hacia él y le entregó una cajita. Gran Bretaña la tomó entre manos demasiado confundido como para reaccionar; durante unos segundos se quedó mirando la escena entre ambos rubios, antes de prestarle atención al objeto, y al hacerlo lo primero que hizo fue pensar en otro rubio más. “Cara de vino…”

Y aunque el recuerdo de esa persona no era para nada agradable, el inglés finalmente tragó saliva al sentir que Vash le miraba de aquella forma penetrante, deslizando sus dedos y deshaciéndose del moño atado, para luego abrir la cajita y observar sorprendido los regalos de tan buen gusto y tan bonitos que acababa de darle.- Ah… S-Suiza…-llegó a articular, mirando confuso pero agradecido los obsequios. Le avergonzaba pensar que se había tomado aquella molestia, una molestia muy hermosa por cierto. Sonrojándose y sosteniendo ambas figurillas, se encogió sobre sí mismo, sintiéndose pequeño. - Mu-muchas gracias, sí...un…pacto…-aceptó, notando que el suizo volvía a mirar al más joven de la sala, dedicándose tal odio en la mirada que, durante unos segundos, Arthur llegó a pensar que sería el culpable del estallido de una guerra entre ellos en medio de la 2da guerra.

Aunque lo intentó, no pudo llegar a mirar a Alfred a los ojos, desde lo que había pasado allí hacía unos días, con ambos ebrios, no había podido volver a hacerlo…porque estaba seguro de que si lo hacía, descubriría ese algo al que tanto miedo le tenía. Y era mucho más sencillo simplemente esquivarlo. Sin embargo, parecía que el suizo deseaba que aclarasen los problemas ahora y, al pronunciar que los dejaría solos, Arthur se alarmó de la vergüenza, retrocediendo como primera acción y frunciendo el ceño luego, viéndole irse con una mueca confusa.- N-no…espera…- viendo a la Nación de la boina retirarse hacia la cocina, escuchó la voz del americano excusarse y se paralizó, acercándose a un mueble antiguo y sosteniendo sus manos en él, viéndole completamente anonado y avergonzado.

¿Qué podía decirle? Si la última vez que le había visto habían estado tan ebrios…- Alfred…- bajó la mirada, con el ceño fruncido entre la frustración y la tristeza, sumados a la vergüenza de saber que el yankee le había visto siendo besado por el europeo.- …prefiero obviar el que evidentemente pasabas por aquí… y en cambio, me gustaría saber porqué… yo...he pensado mucho... "en tí..."-sin poder mirarlo ni una sola vez al hablar, su cabeza daba vueltas, apretando los ojos de pensar lo ocurrido la última vez, de pensar en que no había podido dejar de pensar en él desde aquello, de pensar que en cuanto el suizo le besó y se le declaró, no pudo pensar en nadie más…pero más que nada…

Más que nada, no quería pensar en lo que su pecho le gritaba por hacer.
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((Fiu xDU me quedo bien largo... oh, y no se alejaron porque Suiza es lindo *3* simple y llanamente XD adorable))

Un mar de nuevas sensaciones invadió al rubio tan solo cerrar la puerta, pus era tanto su dolor que al recargar su espalda contra misma puerta se dejo caer hasta tocar el piso con ambas manos en la cara, pero lo que mas le sorprendió fue encontrar sus manos húmedas –Arthur- el solo susurraba su nombre le causaba una tremenda desolación, pues en verdad se había enamorado del ingles.

Aun contra la puerta abrazo momentáneamente sus rodillas, el no podía darse el lujo de verse débil en frente de tan odiado enemigo y tan querido “amigo” y soltando sus piernas de un manotazo limpio sus ojos intentando ignorar las lagrimas que aun continuaban brotando de ellos, se levanto del piso, para poder lavarse la cara en le fregadero y evitar que notaran sus lagrimas.

Un suave picoteo en la ventana llamo su atención y secando suavemente su cara, fue hasta ella para poder dejar entrar a la pequeña paloma que le entrego un panfleto que decía “se amigo de Rusia” –Rusia… nunca e tenido la oportunidad de hablar con el, se lo preguntare a Arthur mas al rato- dijo de forma distraída sin notar que actualmente llamaba a Inglaterra por su nombre de pila.

Dejo un momento el panfleto mientras se dirigía a las teteras para preparar un buen te negro, con unas cuantas gatas de limón para darle un toque distinto, y una mínima cantidad de azúcar, pero al buscar en el estante donde se encontraban los tés noto que también había masa para galletas y unas sonrisa completamente malévola se apodero de su rostro –Estoy seguro que a Estados Unidos le encantan las galletas- y con esas simples palabras bajo todo los ingredientes que necesitaba para prepara un exquisito té para Inglaterra y las galletas de Estados unidos.