Lo que sucedió mientras buscaba un regalo para Arthur (privado)

—Comprendo, yo la mayoría de las veces me salteo las comidas o como muy poco, así que me he acostumbrado y no es habitual que sienta apetito.— dijo como si fuera lo más normal del mundo. —Si tienes mucha hambre podemos ir al local de comidas rápidas que hay aquí en la tienda departamental. No te preocupes, yo invito.— comentó sonriendo mientras seguía caminando. Se sentía a gusto con la compañía de Al, era muy diferente a él y bastante particular, abierto, amistoso y deshinibido pero se le notaba a lo lejos que era un buen chico. Se acercó con disimulo mientras seguía su trayecto con él sin encontrar una razón lógica, simplemente sintió deseos de sentirlo un poco mas cerca. —Tu hermano no mentía cuando hablaba de tí.

-Oh eso estaría muy bien!! la verdad es que me mueeero de hambre!! jeje- dijo sin verguenza alguna.

Continuó caminado al lado del chico hasta que escuchó su comentario, y le causó mucha curiosidad el saber que habría dicho su hermano de él. El tico sabía muy bien que su hermano le admiraba y quería de sobremanera, pero quería saber por simple curiosidad.

-Que fue lo que te dijo? dime dime!!- le preguntó al rubio mientras tomaba una de sus manos y le hacía parar para que le contara, en un gesto infantil.

Cuando Al lo detuvo, lo primero que Ben atinó a hacer fue dirigir una fugaz mirada hacia sus manos juntas. Le dio un poco de risa aquella actitud tan infantil y le miró pícaramente a los ojos —La curiosidad mató al gato, Al.— le comentó sonriendo y volteo con la intención de seguir caminando sin soltar al otro.

Lo llevaba en dirección al restaurant de comidas rápidas cuando de repente algo atrajo su atención y decidió acercarse. Benjamín había salido para adquirir un regalo pero supuso que no estaría mal comprarse algo para él también, especialmente cuando se trataba de una camisa y un sweater tan lindos como aquellos. Eran de un color celeste verdoso muy bonito, el color preferido del malvinense. Se volteó a mirar a Al con una expresión muy tierna en su rostro —¿Podemos ir a comer luego? De verdad quiero comprarme ese sweater y la camisa.— preguntó pero no esperó una respuesta y arrastró a su acompañante dentro del local.

Habló amablemente con el vendedor preguntándole por la disponibilidad de talles. El hombre se fue por unos momentos y luego regresó para entregarle ambas prendas con el objetivo de que se las midiera. Sin perder el tiempo Benjamin se fue al probador. —Espérame un momento, Al. ¿Sí?

El rubio no quizo decierle nada, y el tico se molestó un poco, en cuanto le preguntó si podían entrar a comprar en otro local, el castaño le iba a reponder con un encaprichado no, pero el otro lo arrastró dentro de la tienda, y le pidió que lo esperara, así que no le quedó más opción que seguirlo.

Luego le pidió que lo esperara, y sin decir nada el tico se sentó en una banca a esperarlo, con uina mejilla inflada y una actitud de niño malcriado.

Dentro del probador, Benjamin se quitó la parte superior de su atuendo para probarse la camisa y el sweater. El problema fue que le quedaban algo grandes así que decidió pedir un talle menos. Iba a volver a vestirse y salir para solicitarle al tendero un talle menos de ambas prendas pero recordó que el costarricense estaba allí y supuso que no le molestaría pedírselas él.

Asomó un poco la cabeza corriendo la cortina de terciopelo y buscó con la mirada al otro. Lo vio sentado en una banca. Le hizo una seña sutil con la mano para que se acercara —Al, necesito que me hagas un favor.— pidió con algo de timidez.

El tico no era rencoroso, pero ese día en especial, decidió comenzar a ser un poquito malo. Se acercó a donde el rubio cuando lo llamó y escuchó lo que le tenía que decir, en ese momento se le ocurrió algo divertido que hacer para molestarlo, ya que ese era uno de sus pasatiempos favoritos.

-Eh? un favor? con gusto!! y creí que no eras de esos después de todo!!- dicho esto con una gran sonrisa, abrió rápidamente la puerta del probador y entró junto con el rubio, cerrando la puerta tras de sí.

El otro estaba sin camisa, lo cual no le sorprendió al tico. Entonces, lo acorraló en una esquina, poniendo su mano en la pared junto al rostro del joven. Poniendo en su rostro esa expresión irresistible y sensual que lograba cuando estaba en pleno coqueteo con cualquiera, sonriendo lujuriosamente.

Se quedó atónito al ver cómo el otro entraba al probador, hubiera gritado pero no quería llamar la atención, por este motivo hablaba con voz baja, apenas audible. —Al, no era necesario que entraras, sólo quería que le pidieras un talle más pequeño al señor de la tienda.

Se puso muy nervioso al sentirse acorralado y frunció un poco el ceño mirando seriamente a Al. Intentó empujarlo pero vio que el otro no cedería. Si lo empujaba con más fuerza caería fuera del probador y Benjamin no quería provocar escándalo. Se sonrojó al notar como lo miraba pero no cambió su expresión seria —¿Puedes salir por favor? No me agrada que me vean así.— musitó mientras se cruzaba de brazos cubriéndose el pecho. —Vete, Al... y deja de mirarme así. Me pones nervioso.

Le sonreía mucho más mientras acercaba poco a poco su rostro al del rubio, sin llegar a quitar aquella expresión sensual en ningún momento, y haciendo caso omiso a todo lo que el otro le decía, ya le había tocado lidiar con difíciles, y era lo que más le divertía al castaño.

-Que te pasa? no tienes porque avergonzarte, lo hubieras pedido antes, por mí no hay problema..- le dijo eso en un susurro mientras su otra mano se posaba suavemente sobre el pecho desnudo del rubio.

—No sé de qué me estas hablando, Al... ahora aléjate y sal del probador.— Benjamin estaba muy nervioso, sus mejillas se habían tornado de un color rojizo y sus ojos no miraban a los del otro. Sintió cómo le tocaba el pecho, un escalofrío le recorrió la espalda y no pudo evitar suspirar pero aún así le golpeó la mano para que se alejara. —Al, es en serio. Sal del probador. Estás violando mi espacio personal y me incomodas.— volvió a respirar algo nervioso mientras continuaba reprochándole en voz baja —For God's sake, get out of here!...

Acercó aún más su rostro al del otro, la mano que golpeó el rubio, rebotó como resorte y tomó el menton del joven, obligándolo a mirar al tico fijamente. El castaño no cambiaba su expresión para nada y tampoco hacía caso a lo que el otro le decía.

Acercó sus labios a los del rubio, casi juntándolos, rozándolos solo un poco, sin llegar a besarle.

-Espacio personal? jeje- se rió en un susurro.

Estaba temblando como un cachorro asustado al ser acosado de ese modo. No sabía qué diablos pasaba con Al, pero la escasa distancia entre ellos le ponía los pelos de punta. En ese momento quería empujarlo con todas sus fuerzas para alejarlo, pero el hecho de estar en un lugar así se lo impedía. Sobre todas las cosas, el rubio debía mantener pulcra e intacta su imagen, no quería ningún escándalo y mucho menos por algo tan vergonzoso.

Lo miró molesto por unos instantes, a decir verdad su mirada era una mezcla de enojo, confusión, miedo y vergüenza —Al, por favor, basta... Respétame...

-No es ninguna falta de respeto, es algo totalmente natural, el obedecer a los deseos del cuerpo...- le susurró al rubio y acto seguido mordió levemente el lóbulo de su oreja, lo miró lujuriosamente de nuevo, y en un segundo antes de que pudiera reaccionar a lo que había hecho, atrapó sus labios en un profundo beso.

No pudo reaccionar a ninguna de las acciones ni contestar a las palabras del costarricense. Cuando quiso decir algo sus labios estaban unidos con otros en un beso. Seguía temblando lleno de nervios e intentó deshacerse de él empujándolo pero no logró alejarlo demasiado, sólo lo suficiente como para romper el beso. —No tendrías que haber hecho eso.— se pasó la mano por los labios limpiándose levemente. —"Así que así se siente un beso... que detestable haberlo experimentado de este modo"— bajó un poco la cabeza, estaba sonrojado hasta las orejas y no se animaba a mirar al muchacho —¿Ya terminaste?

El otro le apartó y le reprocho el beso que le acababa de dar.

-Mmm si, terminé.. estuvo divertido, mirate!! estás todo rojito!!- le sonreía dulcemente como si nada hubiera pasado

-Ya te consigo lo que querías - salió del probador y fué a pedir lo que el otro le pidió en primer lugar.

Ni bien Al se marchó, Benjamin se encargó de cerrar bien la puerta del probador y no pudo contenerse, apoyó la frente contra el frío espejo y lloró en absoluto silencio. A decir verdad, lloraba a causa del nerviosismo que le causó aquella situación. De última, le importaba un cuerno el beso, pero se sintió demasiado acorralado en aquel momento.

Se secó rápido las lágrimas por si Al regresaba. Se miró al espejo para constatar de que no había rastros en su rostro y de que sus ojos no se habían enrojecido. Tenía en mente hacer como que nada pasó, era lo mejor.

Pidió al encargado de la tienda lo que el rubio le indicó y regresó rápidamente al probador, tocó la puerta para que el otro le abriera.

-Ben, aquí esta la ropa...- dijo suavemente, y esperó a que el otro le abriera. Tenía pensado explicarle lo que había pasado una vez que salieran del lugar.

Abrió la puerta tímidamente al escuchar la voz del chico. Le miró con una sonrisa dulce pero no pudo disimular una pizca de tristeza. El tono de Al había sido muy amable y no supo cómo reaccionar. —Te lo agradezco mucho.— musitó mientras tomaba la ropa con una mano.

Se la probó y esta vez sí le quedó a la medida. Se miró al espejo varias veces. Adoraba ese color y a decir verdad le quedaba muy bien. Se cambió y volvió a ponerse su ropa. Antes de salir, dobló y acomodó correctamente la que se había probado y la separó de la que compraría.

Salió despacio del probador y se fue a donde estaba el encargado para decirle que la llevaría. No miró en ningún momento al castaño, aún sentía algo de vergüenza por aquel beso. Esperó a que el vendedor le diera la bolsa luego de pagar para poder así salir y dirigirse al restaurant. Miró de reojo para ver si el tico aún lo acompañaba y al ver que sí lo hacía continuó caminando en silencio.

Esperó pacientemente a que el otro se probara la ropa, luego lo siguió hasta la caja, donde pagó y seguidamente salió del local, el tico lo siguió de cerca, una vez afuera, se posicionó para caminar a su lado, el otro no le dirigía palabra y el castaño sabía la razón.

-Oye..Ben, lo que pasó fué simplemente una broma, porfavor no te lo tomes a mal, lo..lo hago todo el tiempo!! y hasta ahora a nadie le ha enfadado que lo haga, además, es solo un beso...- se excusó torpemente, pero de la mejor manera que pudo.

Escuchó las disculpas del otro atentamente pero sin mirarlo. Ni bien terminó de parlotear, Benjamin lo tomó con fuerza por la muñeca y se le paró enfrente mirándolo con una expresión muy severa que pocas veces se mostraba en su rostro. —No me hacen gracia ese tipo de bromas.— hasta su voz había cambiado, jaló la mano del otro con fuerza atrayéndolo hacia su cuerpo y le robó un beso. Después de esto sólo se rió. —Te perdono, además yo también estoy bromeando. Discúlpame.— le dedicó una sonrisa tierna y le soltó la muñeca.

Caminó tranquilamente, a un par de metros estaba el restaurant —Me esperaba que mi primer beso fuera diferente... No sé... Well... al menos fue con un chico lindo y amable.— murmuró un poquito sonrojado. —De todos modos Al, si yo te digo que no violes mi espacio personal, no lo hagas. ¿De acuerdo? Me angustia mucho.— miró a un costado y apreto un poco los puños estrujando las manijas de las bolsas y el paraguas.

Estaba a punto de formular una nueva disculpa ante la severa mirada y el comentario del joven, pero no tuvo tiempo ya que el otro le robó un beso rápido, riéndo inmediatamente, a lo que el tico respondió con otra sonrisa.

Pero en cuanto escuchó el siguioente comentario no pudo evitar sentirse culpable de haber hecho algo malo después de todo.

-T..ttu... primer beso?!!! dicúlpame por favor!! no tenía idea de que era tu primer beso!! si lo hubiera sabido jamás hubiera hecho eso! o al menos no de una manera tan... fría..- se disculpó a como pudo, su cara reflejaba la culpabildad que sentía en ese momento.

—¿Uhm? Ah... no te preocupes... después de todo... bueno... qué se yo... no es nada importante, supongo... Es sólo un beso...— se quedó pensativo unos instantes mientras contemplaba al otro que se veía bastante arrepentido. —Uhm... hey... no pongas esa cara. De verdad, ya pasó...— le tomó suavemente la mano y movió un poco el pulgar acariciándole.

Llegaron al restaurant de comidas rápidas y el rubio se puso en la fila para ordenar. —¿Qué vas a pedir, Al?... Hm... yo supongo que sólo compraré un helado. Pero tú elige lo que gustes.

-Pe..pero...- decidió no seguir insistiendo con el asunto, así com había dicho él mismo y luego el rubio, era sólo un beso. Y recorando, él nisiquiera le dió importancia a su primer beso cuando lo tuvo, de hecho, nisiquiera lo recordaba.

Llegaron al restaurante donde el malvinense le indicó que ordenara su comida, el tico no esperó a que se lo dijera dos veces, y una vez que llegaron al mostrador, ordenó una hamburguesa doble, papas fritas, refresco, y un pastel de manzana (cofcofmacdonaldsccofcof). Una vez que le entregaron su orden buscó una mesa junto a la ventana y se sentó allí, indicándole al rubio que se sentara en el asiento frente a él.

-Que bien!! me estoy muriendo de hambre!!- exclamó contento antes de comenzar a devorar su comida rapidamente-

Estaba a punto de ordenar un helado cuando vio que en uno de los refrigeradores había manzanas. Cambió de idea y pidió una acompañada por una botella de agua mineral. Realmente no tenía hambre pero quería distraerse un rato con algo. Pagó la orden de ambos y siguió al chico hasta la mesa, le gustó mucho que estuviera cerca de la ventana.

Se sentó con cuidado mientras veía como el otro había comenzado a comer, ya había conocido los modales de los costarricenses, así que ni se molestó en sorprenderse. Tomó su manzana y le dio una pequeña mordida. Luego de tragar y ver que Al había hecho una ligera pausa en su ingesta, decidió entablar una charla informal y bastante aleatoria, o tal vez, no tanto. —Uhm... te molestó que no te contara lo que tu hermano me dijo, ¿verdad?— lo miró interesado mientras mordía otra vez la fruta.

Masticaba alegremente en el momento que el otro le hizo esa pregunta, se le quedó viendo con una cara de alguien un poco confundido, tragó y se dispuso a contestar.

-No es que me molestara, es solo que tenía muchas ganas de saber!!- dijo infantilmente para luego tomar varias papas y hacerlas desaparecer rápidamente.

-Yo sé que mi hermano me quiere mucho y en cierto modo tal vez me admira, pero me gustaría saber que es exactamente lo que piensa de mí, y me pareció interesante saberlo de una persona a la cual probablemente le dijo todo lo que sentía, sin temor a que yo me enterara de lo que dijo- explicó con una sonrisa dibujada en su rostro, y luego de terminar, continuó comiendo rápidamente.

(asdasdad ahora todo mundo creera que los ticos somos asi de corrientes!! Dx)

Le sonrió como si le estuviera dedicando ese gesto a un hermano menor o algo, aunque a decir verdad, Ben había supuesto que tenía más o menos su edad o un poco más. —Uhm... entiendo. Pues... veamos... dijo que para él eras la persona más maravillosa que conocía...— se puso a pensar detenidamente intentando recordar las palabras de José mientras se frotaba el mentón con una mano —Y que estaba feliz de vivir contigo... Hmmm... cosas de ese estilo, no recuerdo muy bien.— en realidad Benjamin también recordaba lo que había dicho sobre el novio de Al pero por educación obvió esa parte. Bebió un poco de agua mineral mientras continuaba pensando —Algo así... más o menos... te quiere mucho...— miró su manzana a medio comer sobre la bandeja pero no tenía planeado comerla.