Ausente (Privado)

-Asi que eres tu- no podía crees que de todas las personas en el bar, tenia que encontrarse nuevamente con el tico amargado, pero ahora eso era lo que menos importaba, ya que tenia que escapar de los policías. En el pequeño instante que iba a comenzar a caminar hacia la calle, escucho que alguien se acercaba a la puerta trasera, así que sin pensarlo tomo al menor de la mano y se fue a esconder detrás de unas cajas vacias para que los policias que iban a revisar no los encontraran -Shhh, no hagas mucho ruido, sino nos ira mal- susurro tratando de hacer el menor ruido posible

Por un momento creyó que el mexicano se iría,pero muy al contrario,lo tomó y lo llevó a esconderse cuando escuchó que venían a abrir la puerta, y le indicó que se quedara en silencio, el tico no era tan idiota como para ponerse a gritar o a pelear en esa situación.

-¿Ahora que demonios pasa?!- le preguntó en un susurro lo más bajo que pudo

Uno de los policías salio al oscuro callejón, aluzando con su linterna y caminando por este -Es la policía- musito deseando que no los encontrara, ya que si era asi no sabría que escusa darle a sus superiores por haber comenzado con una riña y mas sabiendo que ya no era el chico de antes que peleaba con el primero que se le cruzara en frente, según sus superiores debía de madurar y pelear no era la forma de arreglar los problemas.

Se podía escuchar los pasos mas cerca de ellos y sabia perfectamente que si los encontraban los arrestaría, asi que tenia que hacer algo para que esto no ocurriera, Josué sabia muy bien que cuando la policía llegaba solo podías hacer cuatro cosas, para que no te arrestaran, ir al baño, cubrir al mas golpeado, correr, besar a tu pareja o en este caso al chico con e cual comenzaste la riña, se volteo para quedar cara a cara con el menor -perdóname por lo que haré, pero prometo recompensarte luego- recargo al menor lo mas que pudo en la pared y lo beso prologando el beso, para que el policía se fuera lo mas rápido y no les hiciera pregunta alguna.

Los pasos se detuvieron casi enfrente de ellos y la luz de la linterna los apunto por un pequeños instante,-Aquí no hay nadie- grito y se retiro inmediatamente. El plan había funcionado y ninguno de los dos estaba en problemas, una sonrisa triunfante se formó en los labios del mexicano -Discúlpame, pero sino lo hacia ellos nos.... meterían a la cárcel- murmuro un poco apenado y sabiendo que el moreno se enojaría bastante por ese beso.

Entonces de eso se trataba, se quedó en silencio, bien sabía que si los encontraban los arrestarían y eso era lo que menos necesitaba, no se imaginaba los policías llamando a su hermano para que fuese a recogerlo a la estación de policía, si es que hasta menor de edad era, no tenía que estar haciendo nada en un bar y mucho menos siendo partícipe de una pelea.

Pero el policía, se acercaba a ellos, estaba seguro de que los descubrirían, ya se hacía allá esperando en un calabozo, y la cara de decepción que su hermano mostraría al verlo allí y tener que pagar la fianza de un "delincuente" entonces el otro se volteó y pidió perdon
"¿Que va a hacer?" la respuesta llegó al sentir los labios del otro sobre los suyos. Cuando la luz los cubrió entendió que esa era la única manera de que el policia no les dijera nada, pero eso no quitaba el asombro que sentía,y mas que todo porque era sumamente sensible a cualquier señal de "afecto" por parte de quien no fuese de su familia.

Un sonrojo algo exagerado cubrió su rostro, cuando el policía se fué, agradeció que el callejon era demasiado oscuro y el mexicano no podría verlo.
-Pu...pudiste solo fingir que me besabas sabes?..- musitó desviando su mirada aunque tampoco podía ver el rostro del contrario.

-Cierto, pero si hubiera fingido ese beso, el policía nos abría descubierto en la farsa-aun seguía apenado por lo ocurrido y mas porque era la primera vez que besaba a un desconocido, se quedo en silencio por un momento sintiéndose realmente incomodo por la situación -Tus labios saben a sangre- comento sentándose en el piso -¿o son los míos?- completo recargando su mentón sobre su mano inclinándose un poco hacia adelante

-Excusas!!- aún así se encontraba todavía bastante cohibido con todo lo que había pasado.

-No lo sé, siquiera siento el rostro así que no sé si estoy sangrando...- la verdad era que realmente no tenía idea de cuan golpeado había salido de aquel lugar, y tampoco podía ver al otro como para saber la situación en la que se encontraba.

-Malditos borrachos! son unos estúpidos! hacer tanta pelea por nada!!- se quejó.

-No son excusas- se defendió, sabiendo muy bien que no era un excusa -si lo fueran abría pasado algo así- busco con trabajos el rostro del menor y deposito un rápido beso en su labios -perdón, me tropecé- se excusó riendo un poco -eso si es un beso con excusa, el primero.... no lo fue-

Lo había hecho de nuevo, solo podía echarle la culpa al alcohol y trata de cambiar de tema -No te quejes de los borrachos, tu comenzaste la pelea-

-¿Que demonios haces?!!-sentía como el calor que ya iba abandonando su rostro volvía a el -...tonto! no tenias que hacerlo de nuevo para darme un ejemplo, no soy tan estúpido!- se quejó, lo cierto era que todo ese tipo de cosas solo lo ponían nervioso.

-Yo la pude haber comenzado, pero con razón, los estúpidos esos no tenían porqué meterse y armar tanto lío... son unas bestias sin cerebro solamente!!-

-Bueno, tal vez ellos también tenia ganas de pelear y solo buscaron un pequeño pretexto para hacerlo y que mejor pretexto que nuestra pelea- rio tontamente por lo nervioso que estaba y por las cosas que se atrevía a hacer mientras estaba un poco ebrio.

-Se que no eres estúpido, pero tenia ganas de hacerlo de nuevo...y sabes, creo que yo estoy sangrando-

Tenia ganas de hacerlo denuevo, definitivamente estaba borracho aún el mexicano. El ojiverde ya había botado el efecto del alcohol a causa de los golpes y el susto de todo lo ocurrido.

-Pues, ve a curarte!- si estaba sangrando pues que lo hiciera, él mismo deseaba ir a su casa y descansar pero...

-Yo...creo que me quedaré aquí hasta mañana....-comentó por lo bajo.

-Que?- se sorprendió demasiado por la respuesta del menor, era evidente que estaba demasiado loco para quedarse a parar la noche en ese oscuro y sucio callejón -¿como que te quedaras aquí? estás loco, no te dejare...o que piensas dormir como un vagabundo- se levantó y tomo al meno del brazo para ayudarlo a levantarse -ambos iremos a curarnos, conozco a alguien que lo puede hacer sin meternos en problemas-

-Eh? no! déjame, no necesito de tu ayuda!!- se soltó del agarre del otro, no le gustaba que le ayudara, sentía que le iba a quedar debiendo un favor y esa idea no le parecía para nada bien, además, habia estado peleando con él hacia solo unos instantes como para que ahora salieran como si fuesen los grandes amigos.

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-Pues mira...no es que yo quiera ayudarte, pero toma mi ayuda como el pago por el beso y por haberme salvado de estar tras la rejas- comento tomando de nuevo al menor del brazo y comenzado a caminar para salir de ese estrecho y oscuro callejon. Caminaba con un poco de dificultad apoyandose en las paredes de las casa, se tabaleaba como si estuviera a punto de caer.

Continuo caminado con mucha dificultad y por un largo rato, pero despues de estar caminando por esa calles que parecian eternar, al fin llego hasta una casa, donde el mexicano toco a la puerta varias veces pero nadie respondia, -Viviana, abre pinchi puerta!!- comenzo a gritar como loco para que le abrieran la puerta.

-No grites, ya te escuche que horas son estas de despertar a la gente- la joven abrio la puerta aun en piyama y en el momento que vio a ambos jovenes tan golpeado, retrocedio unos pasos atras -Josue!!....no puede ser, ahora en que problemas te metiste, mira como estas....pero pasen- abrio mas la puerta y se hizo a un lado para que ambos pudiera entrar.

Decidió que era mejor no discutir con él, y es que no tenía ni fuerzas para eso, estaba muy golpeado como para armar otra pelea. Caminó junto al joven en silencio, percatándose que estaba tan lastimado o incluso mucho más que él. Llegaron al fin a una casa en la que el mexicano llamó a la puerta y salió una joven que los hizo pasar.

-Permiso...-murmuró al entrar a la casa, se sentía realmente incómodo en esa situación, así que no pronunció más palabra, ni preguntó nada, hasta que le dijeran algo primero.

-Josue, ¿que paso? ¿andas borracho verdad?- la chica se cruzo de mano, con una cara de desaprobación -No puede ser, y sabes lo peor es que involucraste a un pobre muchacho, el que culpa tenia de tus pendej"#"$-

el mexicano la miro con trabajo -Deja de hacer tanto alboroto y ve por el botiquín....y curala las heridas que el tenga abiertas y esas cosas- se dejo caer en un sofa, recostando su nuca contra el respaldo del sillon, cerrando los ojos -sabes?...creo que en la mañana no podre con la resaca y no se si el domingo podre ir con ustedes-

-Siempre has tenido la cabeza jodida, que todo lo que pasa por ella es tomar y tomar- la chica decía en voz alta, mientras buscaba lo que el jalisciense le había pedido, en cuestión de minutos regreso con el botiquín -anda toma asiento- se dirio al tico con un amable sonrisa -y dime chico, ¿cual es tu nombre?-

Continuó en silencio, observando y escuchando la conversación entre el joven y la muchacha, entonces ella se le acercó y le habló.

-José....-dijo secamente, sin sonreírle ni nada por el estilo, luego se decidió por hablar -...no necesito que me curen, mejor me voy de aquí, tampoco quiero incomodar...-dicho eso se dirigió hacia la puerta.-...gracias de todos modos...-

Se levanto inmediatamente al escuchar que el tico se retiraba -¿¿Como que te vas??- se dirigió a el, tomándolo del brazo, no pida dejar que el menor se fuera en ese estado y menos a esas altas horas de la noche -Si tu te vas, yo me voy también- agrego en un tono mas serio y firme.

-Tú no tienes nada que ver conmigo! ni esta mujer!- la señaló de manera insolente.

-Si es por lo del beso, tú no me debes nada, ya antes me había hecho el favor de compartir mesa, ¿recuerdas?, así que estamos a mano..- lo único que deseaba era largarse de ese lugar, no sabía quien era la mujer, no sabía siquiera a ciencia cierta quien era el mexicano, solo quería buscar donde pasar la noche y luego escabullirse a su casa cuando su hermano no estuviera para curarse y descansar.

-Que te parece, si primero te curas y luego te vas....si quieres hacerlo tu solo hazlo, pero no te iras de esta casa hasta que te curen o cures- puso su mano sobre la puerta haciendo fuerza, para que el menor no saliera, en verdad no quería que se fuera y haría lo posible para que este no saliera de la casa.

-Porqué p*tas eres tan terco?!! dame entonces algo para curarme yo!- extendió su mano frente al joven, comenzaba a enojarse nuevamente pero no queria montar escandalo en esa casa y frente a la mujer.

-No sé porque insistes tanto si yo no tengo nada que ver contigo! tampoco es como si fuese a decir que me hiciste esto, si es lo que te preocupa puedes estar tranquilo, porque yo tambien tuve culpa...- comentó con el ceño fruncido, lo que queria era alejarse lo mas pronto posible antes de comenzar a pelear de nuevo.

-Y tu porque eres tan enojon, no deberías de enojarte por algo tan estúpido como esto....y no me importa que tu no tengas nada que ver conmigo, y aunque te enojes, no te iras hasta que te cures perfectamente y yo revisare tus curaciones o como chingados se llamen- le dijo tomando el botiquin y dándoselo al menor, lo miro por un momento y la verdad no sabia que hacer para que el menor se fuera.

-¿Y que, piensas curarte parado, sin saber donde tienes las heridas?-

¿Que demonios le pasaba a ese tipo? no tenía idea del porqué continuaba insistiendo con que se curara.

-Idiota!- tomó de mala gana el botiquín, y observó dentro, siquiera sabía como curarse él mismo, tomó la botella de alcohol y remojó un algodón con este, para luego aplicarlo sobre los lugares que más le dolían en el rostro, pero no tenía idea de lo que estaba haciendo.

Miro atento lo que hacia el menor y sabia que este no tenia la menor idea de lo que estaba haciendo, el mexicano tenia una ganas de arrebatarle el algodón y enseñarle como se curaba un maldita herida, pero tenia que aguantarse esa ganas de hacerlo ya que si lo hacia era evidente que el tico, saldría de la casa o lo golpearía -En la habitación de allá hay un tocador con un gran espejo- apunto hacia un puerta que se encontraba al fondo de un pequeño pasillo -Te lo menciono, porque se te hará mas fácil curarte-

Le dedicó una mirada despectiva y con todo y botiquín se dirigió al lugar, al llegar frente al espejo pudo notar lo mal que estaba: despeinado, tenía el labio hinchado y manchado de sangre, también se le comenzaban a formar moretones en distintas partes del rostro, y de seguro así estaba el resto de su cuerpo, incluso su ropa estaba rasgada.

-Mierd*...- comenzó a limpiar la sangre seca de su labio con el algodón, no sabía que más hacer salvo limpiarse.

Miro como el menor se dirigia hacia la habitacion, esa era su oportunidad para retenerlo y no dejar que escapara, camino contrabajos hacia la puerta y la cerro -No te preocupes, te prometo que te abriré pero hasta que amanezca-

-Jo, deja de limpiarte con el alcohol, ya que este irrita los tejidos de tus heridas, mejor ve al baño y lávate la cara, pero hazlo con el jabon que están en el botiquín- comento mientras se recargaba en la puerta de la habitación -Ya que estés seguro que están completamente limpias la heridas, aplica con un poco de algodón agua oxigenada en la herida-