Mi hogar es donde sea que estés tu (privado, y quizá advertencia )

No le dijo a donde irían, pero condujo rumbo hacia su casa, no habia nada, parecia que todos sus hermanos fueron tragados por la tierra, se estaciono, era una casa enorme, de la cual solo se encargara el al parecer; se estaciono y abrio la puerta del menor

-Ven, Aslan... tenemos la cara para nosotros solos

Le dirigio una sonrisa y abrio la casa, no olia a viejo ni a humedad, se habia encargado de cuidar la casa de darle mantenimiento e incluso limpieza, aquel dia habia tenido la esperanza de pedirle matrimonio asi que la habia dejado arreglada, habia un camino de petalos y varias velas k pidio a alguien de la cocina encendiera.

-Disculpa... pense que la noche terminaria diferente... pasa, mi habitacion esta en el segundo piso

Entra y escucha la puerta cerrarse detrás. Es raro que entre tanto mexicano no halla nadie en casa, ¿será que los echó todos a fuera para estar solos? Eso le parece romántico y un gran esfuerzo de Víctor.

- No hay nadie, puedo darme cuenta.

Ese lindo par de orejotas blancas le permite escuchar el vació del lugar. El camino de pétalos le encantó, pero eran pétalos de rosa roja, le hubieran gustado mas de ser azules, sus flores favoritas eran todas las azules. Las velas estaban a medio derretir.

- Víctor e,e es peligroso dejar velas encendidas en casa.

Fue una suerte que al llegar se toparan con el aromático camino de flores y no la casa del pobre México incendiándose(?). Sigue al moreno por el pasillo, las escaleras y hasta la puerta de la habitación. Tenia un letrero con calaberitas que decía Tamaulipas.

- OnO

Sonrío un poco, al verlo, dejo que pasara y acepto el regaño, tomo su manita después de haber cerrado la puerta con llave

-Ah... no no... yo mande a que las prendieran hace 2 hrs...

El daño pudo haber sido el mismo, pero eso el no lo notaba, jamas había hecho algo así, le guío a su habitación, la cual había tardado en limpiar, quería que llegaran a una habitación limpia y no toda regada, abrió la puerta

-Pasa, ponte comodo, Aslan

Suspiro mientras comenzaba a quitarse la corbata y la dejaba colgada en la silla, cerro las cortinas pues hacia mucho frío, y apago varias velas que seguían titilando en la mesa, tomo el cobertor con todos los pétalos para no derramar ninguno y lo acomodo sobre el sillón, ya tendría tiempo para limpiar mas tarde

- ¿Deseas que te saque una pijama?

Solía prestarle sus camisas para que durmiera, el amaba verlo con su ropa en la cual parecía nadar

Lo fulmina con la mirada, dos horas eran más que suficientes para incendiar un bosque entero, así que de sobra se incendiaba esa casa(?). No lo piensa seguir regañando, no tiene caso, ese hombre es todo un caso, tan distraído. Sonríe por dentro, sabe que por eso le gusta tanto.

- Linda habitación...

Peina todo el terreno con la mirada, jamás había estado ahí, no se lo imaginaba todo tan ordenado, eso no suena a "Víctor", no le termina de agradar, no se siente la esencia descuidada pero limpia del moreno. Un desastre en la habitación no es necesariamente un cuarto sucio.

- ¿Las quitarás?

A él le habría gustado dormir sobre todas esos pétalos de rosas, de esa manera, si despertaba durante la noche, tenia un montón de bocadillos entre las sabanas, baja sus orejitas, inclina su cabeza y sus ojos se perturban, resulta poquito decepcionante, adiós bocadillos rojos.

- ¿Pijama tuya? Me va a quedar como una naranja solita dentro de una arpilla de rafia.

Pone sobre una silla el saco de Víctor y el suyo propio, camina con cuidado pues está algo oscuro. le agrada.

Sonríe y se encoge, la había limpiado solo para el menor, le acaricio un hombro, tenia la colcha en el sofa y se le quedo viendo un poco y sonrío amplio

-La acomodare, ¿de acuerdo?

Ningún pétalo había caído al piso, así que no había problema alguno, sabia que al menor le daría hambre, y le gustaría comerse aquel tipo de pétalos, saco una camiseta de el, blanca y se la ofreció

-¿Quieres usarla? o en ropa interior cielo?

El se quito la camisa, y se fue desnudando, hay hábitos que no podía perder de un día a otro, así que tiro su ropa en un rinconcito, en la mañana la llevaría a la ropa sucia, saco la cajita del anillo del pantalón y la llevo a una gaveta, ya encontraría el tiempo de darselo, debía surgir en algún momento, lo sabia.

-Tengo un baño si deseas... y en la mini nevera de ahi hay refrescos y limonada y todo eso

Tenia una botella de champan que deseaba para celebrar, pero en ese momento no había nada que celebrar

Se alegra, salta de emoción. Corre a ayudarle, sostiene dos orillas de la colcha para que nada se caiga, la cual le resulta muy pesada, pero es todo por cuidar sus bocadillos. Una vez preparado su lecho, él recarga las pompis en la orilla de la cama, sentado no podría alcanzar el suelo con los pies. Retira el chalequito y el corbatín de moño, de desabotona al instante los primeros 2 botones de la camisa, así se siente menos ahogado.

- Yo no duermo en ropa interior...

No le molesta, solo se lo aclara.

- ¿Que no me recuerdas?

Lo regaña con voz juguetona mientras se quita las zapatillas negras, el short y desliza fuera las medias que llevaba puestas en sus largas piernas. Alcanza a ver que Víctor guarda algo, es muy curioso pero se controla y no pregunta nada.

- Muchas gracias, de momento no deseo nada. Quizá... que fumaras...

Sabe que es un mal vicio, pero le gusta tanto y tiene tanto sin verlo hacer aros de humo como tiempo tiene sin sentir un orgasmo.

-Ya lo se... pero debía ver si pegaba el chicle...

Extrañaba mucho verlo desnudo, verlo solito para el, cierra bien el cajón, y se va a la cama a lado de el, le gusto que le ayudara a poner el cobertor, se le queda viendo recargado en la mesa, ve al menor, es un cielo, todo el es un cielo, le da la camisa

-Espero te sea comoda...

Lo recuerda, claro que lo recuerda, lo ansia, lo desea, desea que todo sea como antes para poder estar con el, y esa noche podrán estar un poquito juntos, le sorprende que le pida fumar y asiente, le encanta fumar, pero había dejado de hacerlo, que su niño se lo pida le agrada, saca una cajetilla y un encendedor, se sienta en el piso a lado de Aslan y lo jala para ponerlo en las piernas, enciende el cigarrillo y lo lleva a su boca

-Extrañaba fumar

Tanto como extrañaba tener a su niño para el, solo para el, le abrazo por la cintura, y puso su mano en su vientre, quizá... quizá esa noche, las cosas podrían cambiar... o relajarse un poco

Se ríe con voz aguda, como de niño, no solo su apariencia es infantil, también su voz, nunca falta el día que odia su voz chillona, pero esa noche no es el caso. Le responde aun riendo suave y dándole la espalda para desnudarse el torso.

- ¡No! La vez que se me pegó tu chicle en el cabello me asuste y terminaste cortándome ese mechoncito de cabello.

Por unos segundos permanece de espaldas, solo en una braguita blanca, tiene ese hoyito, como toda su ropa interior, por donde para su rabito. No es fácil hacerle ese orificio a toda su ropa y a la ropa de su hijo. La piel se le crispa un poco por el ambiente fresco y rápido se pone la camisa y la abotona, le queda enorme y es cómoda.

- Está muy cómoda, gracias. Dormiré a gusto y...

Lo interrumpe la manera en que lo toma y se lo sienta sobre él, se acomoda y se recarga de costado en su pecho, ¿Qué no tiene frió? En cuando ve la flama contra el cigarrillo pasa saliva, es un fetiche, tan propio, tan raro, tan poco común, tan sucio...

- Yo extrañaba mirarte fumando.

Se presiona contra el moreno, suspira lento llenadose los pulmones, es tan insano que sabe que no puede ser hecho a menudo, por eso lo considera especial y se reserva para ocaciones unicas. Lleva arriba su pequeña mano y la pasa entre el humo como si tratará de tocarlo pero éste se le escapa entre sus delgados dedos.

Se rie un poco, extrañaba tanto su voz, ¿hacia cuanto que no se reía de aquella manera? lo estrujo contra el, sintió como se estrujo contra el y sonrío, beso su frente para después seguir fumando, nota como trata de tocar el humo y suspira, ama a su niño, adora a su niño, es un angelito, lo quería recuperar

- ¿Te gusta?

Si al menor le daba cancer de pulmón se sentiria culpable de por vida, pero sabe que no, se recarga contra la cama, y vuelve a inhalar y exhalar el humo a un ladito para que no le pegue directo, beso su cabecita y sonrío

-Solo tienes que pedirlo cariño...

El se acabaria la cajetilla en una sentada si el menor se lo pedia, no tenia frio, para el el clima estaba agradable, llevo sus manos a sus piernitas y las sobo, se pego a el y beso su hombro, y después subió a su oído

-Te amo... te extrañaba...

Ansiaba decirlo, extrañaba decirlo, adoraba estar con el, lo necesitaba tantísimo en ese momento, deseaba estar con el, y temía tanto dañarlo, no quería que siguiera estando triste, le beso el otro hombro

Ya no se encuentra feliz, está concentrado, perdido en el aroma del tabaco y las formas curvas y dispersas del humo gris. Entrecierra incluso sus ojos, solo un poquito para enfocar mejor el humo.

- Sí, me gusta mucho.

Su voz es menos aguda, ligeramente provocativa. Por sentarse a "fumar" con Víctor una vez cada cierto tiempo no le daría cáncer ¿O si? Pensaba en pedirle que hiciera aritos de humo, es divertido tratar de pasar un dedo por el medio sin deformar el aro. Jamás solía lograrlo.

Estaba sumido en su placer por el humo cuando un aliento le entibia la orejita y Víctor le declara amor como tantas veces antes. Aslan voltea para mirarlo y se apoya una mano en el pecho.

- También yo te amo...

Nunca se han negado un "te amo", por que si hay amor. Respira hondo y mira de nuevo el humo, mira el cigarro para ya no mirar a los ojos del moreno, esquiva su mirada por que se ha puesto rojo. El mexicano siempre lo sonroja. Es parte de la magia que hay entre ellos, ya nadie produce esas reacciones en el fauno más que Víctor.

Sonrío al verlo tan embelesado, le acaricia las piernitas y besa sus hombros, le encanta como el menor hace todos aquellos gestos, sin que le pidiera tomo aire y soplo, hizo aritos, dibujo muchos aritos con el humo para k se entretuviera tratando de pasar sus deditos, que responda que también lo ama lo llena de placer, mas que cualquier otro, acaricia su espalda y se lo acomoda bien, inhala el humo y lo retiene, lo suelta y se acerca a besarlo dejando el aroma en su boquita.

El cigarro se termina y el quiere algo mas, quiere a su niño, lo carga y tumba en la cama, y se comenzó a colocar sobre el, separo sus piernitas y se puso en medio

-Aslan... te necesito... nos necesitamos...

Pego su frente a la del menor, el seria feliz con solo abrazarlo, pero quería ver que tanto cedería, acaricio su cadera, no era morboso, lo tocaba suavemente, con cuidado de no asustarlo o molestarlo, beso sus mejillas, ambas y después le dio piquitos

-Dejame estar contigo...

Le susurro en su orejita y se la mordió suavecito, sin herirlo, estaba impregnado el aroma del cigarro en su piel, en su aliento, iba muy rapido, pero la verdad lo había llevado para eso, para estar juntos y ver si todo podría ser como alguna ves fue... tranquilo... y feliz

(X///D me gustó tu post, tan directo, simple y lindo)

Algo gracioso sucede entre ellos, es como un niño que juega con su hermano mayor a hacer burbujas, el mayor las hace y el menor las truena con el toque de la puntita de su pequeño dedo. Suelta risas agudas y alborotadas, se libera del estrés, lo disfruta, lo ama. No le molesta, no nota siquiera como le besa y toca, es solo como suave viento rozándolo, como el frote de las sabanas en su cama.

El cigarro no es eterno y lo ve llegar a su fin, terminar de consumirse. Baja las orejas por que la diversión termina para él, pero no para Víctor, quien lo levanta y lo lleva a la cama. siente la seda en su espalda, esta fresca y algo; un rayito, le recorre todas las vertebras, cada una hasta la punta de la cola.

Separa sus piernas, pero es algo renuente, no se piensa entregar con facilidad, ya no es el mismo de antes, desde que nació su hijo medita mucho más sobre si tener sexo o no tenerlo. Pero el moreno se esta comportando con tanta delicadeza y es tan suave que le crea mariposas en la barrica ¡Sí existe la generación espontanea!

- No quiero volver a tener sexo...

Dice muy dolido y mira a otro lado, no está molesto, está sentido. Cierra los ojos con fuerza pues su oreja es mordisqueada, eso es algo tan dificil de resistir, le crispa el cuero.

Siguio en us orejita, cuando escucho aquello, le dolio, le peso fue como si estuviera en un globo aerostatico y de repente le lanzaran una flecha, pero no seria un hueso facil de roer, bajo a su cuellito y acaricio sus piernas

-No quiero sexo... quiero hacerte el amor, quiero estar contigo...

Siguio repartiendo besos, su cuello sus hombros y subio a su boquita, besandolo como nunca, no tenia que meter la lengua, ni ser un beso sucio, solo el simple hecho de pegar sus labios a los de el bastaban, le sujeto de la cadera, sigue siendo suave en todo su tacto, sigue cuidando no propasarse demasiado.

Lo alza ligeramente y lo aprieta contra el, abrazandolo, cierra sus ojos como si se concentrara en lo que debe decir, y la verdad si necesita concentrarse, necesita ver todo con calma y mete sus manos debajo de el sosteniendole del trasero y presionandolo un poco

-Dejame tocarte... no hare nada mas... Aslan... por favor...

No era que solo quisiera sexo del menor, no era que solo deseara hacerselo y volver a dejarlo, queria ser su pareja, y portarse como tal, lo mantiene cerca, como si el soltarlo solo un poco pudiera lograr que se fuera de sus manos de un momento a otro

(xD awww si n3n?!)

Ambos ya habían tenido demasiado sexo, y por lo menos para el fauno nada de ese simple e instintivo contacto corporal del pasado había valido la pena. Por eso ahora no le interesaba tener sexo, le interesaba justo lo que el moreno dijo: hacer el amor.

Podría abrazarlo mientras se besan, pero prefiere tirar las manitas a los costados de su cabeza, es una postura más indefensa, una señal no tan directa de que le da permiso, aunque no está del todo seguro, pero va a intentarlo.

Siente que le toma la cadera y la alza, llevan poca ropa y tan delgada que Aslan puede sentir el rose entre su caderas, esa parte blanda de ambos que pronto se volverá más rígida. Ahoga gemidos muy suaves contra los labios del mayor.

- Has... Has que me sienta especial...

Sabe que no necesita decírselo, pero no encontraba que otra cosa decir, la pena lo vuelvo algo torpe, más de lo que acostumbra ser. Conoce a Víctor, entiende que la carne es el primer modo de mostrar cariño que tiene, pero ya no quiere que se lo demuestre a nadie más. Nunca había sido tan celoso y territorial como con él y no le importa serlo.

- Si quieres que sea solo tuyo tienes... tienes que ser solo mio...

No lo mira a los ojos mientras se lo dice, le causa mucha vergüenza por que Víctor afirma serle fiel desde hace mucho y él no le cree del todo. No es correcto desconfiar así del padre de su hijo.

Ve como llevo sus bracitos a los costados y sonrío ampliamente, le abrazo con mas fuerza, se puso cómodamente contra el con sus piernitas bien abiertas mientras comenzó a besar su cuellito y sus hombros, claro que lo haría sentir especial, todo por hacerlo sentir muy especial, se separa de sus labios apenas un poco y rosa su nariz con la de el, todas las facciones del menor son mas suaves y delineadas que las de el, hacen un contraste muy bello-

-Ya lo eres...

Ya era especial para el, lo llenaba de besos y empezó a desabotonar su camisa y a recorrer su pechito con besos, se detuvo en sus botonsitos y se los lamió alrededor, mantenía la vista alzada a Aslan y sonreía, siguió bajando y llego a su braga, acaricio sus piernas y alzo la vista

-Soy todo tuyo Aslan... ahora y siempre

Sonríe mas para si mismo y jala su bragita hacia abajo con los dientes, apenas mostrando su vientre bajo y planta un beso justo ahí... lo desea, pero primero que nada quiere que sienta placer el, toma su miembro y sonríe mas amplio, con maldad

-Te gustara...

No es la primera ves que recorre aquel cuerpo, solo que ahora valora mas que nunca tener la oportunidad aquella

Se queja cuando lo abraza de aquella manera, es mucha la fuerza de Víctor. Entre los brazos de Víctor se retuerce completito, los besos que recibe lo llenan de una sensación de cosquilleo que es agradable y molesta al mismo tiempo. Siente alivio cuando los mimos y los besos cesan por un momento pues eso permite volver a tomar aire. Sus ojos hace un pequeño bizco pues sus narices están rosándose, una dulce sonrisa se le escapa.

- Tú también lo eres... Vas a serlo siempre.

Prefiere mantener los ojos cerrados cuando su pareja comienza ese lento y sensual descenso, si los abre un poco un solo para ver el fuerte y maravilloso contraste entre su piel blanca y la piel morena del otro.

- Ah...

Apenas suelta algunos sonidos. Sus mejillas ligeramente sonrojadas parecen brillar en la oscuridad del cuarto, conforme Víctor asalta su vientre el se remueve y algunos pétalos de rosa se enredan en su nuca. Se libera un olor sutil a flor.

- ¡Lo se.. Lo se...!

Suena ansioso, sus piernas se han flexionado y sus pies plantado muy firmes en la cama. Ojos cerrados de nuevo, es como si de esa manera pudiera sentir con más claridad los dedos del hijo de Adán recorrer su "cosito" (XD).

Que lo abrazara tan fuerte no era un deseo por lastimarlo, todo lo contrario, era el deseo de estar con el, de tenerlo para el, de abrazarlo, besarlo, acariciar su cuerpo, y fundirse con el en toda la expresión de la palabra, para que al final de la noche no fueran un solo "tu" y "yo" sino un eterno "nosotros" eso anhelaba, ya que lo tenia para el y atosigaba su cosita repetidamente, notaba que empezaba a despertar, le parecía tan sensual cada movimiento de este que temblaba ante tal visión

-Mh... Aslan...

Sonrió un poco y sin tardar mucho lo metió en su boca pero no le paso la lengua inmediatamente, separaba sus piernas como que por mero placer, sobaba sus piernas, y de un momento a otro empezó a pasar su lengua suavemente y succionaba, hasta que lo endureció, se separo un momento y sonrió-

-¿Quieres que te lo haga ya?

El estaba ansioso, estaba tan duro, pero complacería primero a Aslan, antes de que contestara lo giro violentamente y le alzo la cadera y sujeto para pasarle su lengua con cuidado, y empujarla ligeramente hacia su entradita, no entraría, la verdad quería verlo ansioso, quería ver que pidiera mas de el, no era que lo hiciera por vanidad sino por deseo de verlo, porque a el lo excitaba el menor

Le mordio jugetonamente su pompi y dejo una Marquita, amaba dejarlo completamente marcado y que se dieran cuenta de que ese niño tenia un dueño, y era el

Si no es Víctor nadie más lo toca, no podría volver a aceptar las manos o labios de otra persona. Pero por ello mismo pidió camas separadas, luego habitaciones en sentidos contrarios del corredor y al final casas distintas, pues bastaba con un solo dedo del moreno recorriéndole el pelaje del rabo para que el fauno cayera a sus pies, justo como sucedía ahora.

Sus ojos se entreabren, para mirar al otro "jugar" con su cuerpo, pero los cierra y es su boca la que se abre al solo contacto húmedo.

- ¡Ah...!

Su "cosito", incómodamente sensible, se siente hinchado además de calar entre cada lamida. Aprieta las mandíbulas, presionando suavemente los dientes, estos no rechinan, ni por todas las ansias puede darse el lujo de que rechinen, no seria algo sexy.

- ¡si!

Grito de forma ahogada en cuanto Víctor se separa de él, jala aire pues lo necesita con urgencia.

Sin enterrarse como fue: está boca abajo, ve lo blanco de las sabanas, recarga una de sus rojas mejillas y siente el frescor de la seda. Estruja la tena entre los dedos de la mano derecha, la lengua del mexicano hace magia en su entrada, la cual nada tarda en reaccionar.

- Víctor...

Suena tan excitado pero todavía no suplica. Se muerde la mano libre para relajarse, echa un vistazo atrás por curiosidad, que vista tan provocativa la del mayor aferrándose a su pompi con la boca, por la punzada en el glúteo sabe que mañana tendrá un morete ahí.

Ama ese momento en que su pequeñito se entrega a el, son tan suyos el uno del otro, que aquello fuera del morbo no es mas que una de sus muestras máximas de amor, Victor sabia que no podían estar lejos, y se esforzaba, se había entregado ahora completa y absolutamente, seguía atendiendo, cada sonidito proveniente de su boca era tan sensual que le temblaba todo el cuerpo.

Estar sobre el, ejercer ese poco control sobre su cuerpo le encanta, empuja mas su lengua, el que solo pronuncie su nombre lo endurece a el, cola su mano para tocarse así mismo mientras lleva al otro a sentirse ansioso, esta que muere por entrar en el, por quedar unidos en todos los sentidos, lo masturba mientras lo atiende tanto como es posible, ensucia su mano de sus mismos fluidos y lleva su mano a la boquita de Aslan, en ocasiones es algo cerdo, se separa apenas un poco jadeante

-Necesito tenerte ya Aslan...

Pero que el lo necesitara no conllevaba a que se lo haría inmediatamente, debía convencerlo, hacer con actos que el llegara al limite, que le exigiera hacerselo.

Se separo y se alzo un poco, saco su miembro de su ropa interior, mientras seguía colando sus dedos en la boquita de Aslan, acomodo su miembro contra su entrada y se presiono, pero no entraría, lo atosigaría, haría que palpitara, se frotaba contra el como si lo estuviera embistiendo bruscamente, le gustaba que el menor llorara, gimiera, que se expresara completamente, fue a su orejita y empezo a lamersela y morderla con suavidad

Con dificultad, pero muy decidido, o más bien ansioso, apoya las rodillas en la cama y alza su cadera, todo lo que puede ya que Víctor es alto para él, esa es su forma de suplicar por más, su cuerpo buscando contacto más intenso con el mayor. Muerde la sabana, la impregna un poco de saliva, no puede ni hablar, solo morder muy fuerte para no gritar. Ahora solo gimotea, pues la sabana sirve de mordaza.

- Víctor...

Dice suave y llorando, no entiende por que, sí el moreno asegura necesitar tanto de poseerlo, ¿Por qué no lo hace?. Le daba miedo la idea de que solo entrara así, tal cual, sin "prepararlo", pero al mismo tiempo se derretía de deseo bajo el peso de su hombre, y el dolor suena también a placer por el grado de excitación en el cual está.

- ¡ah..!

Uno que otro sonidito se le escapaba pero entonces se aferraba más fuerte de la sabana. Su cadera no cesaba de empujar.

Gozaba como enajenado, tomo su caderita y se empujaba a el con deseo, sonreia, claro que lo necesitaba, pero no habia espectacilo mas excitante que el menor exitado, asi que empezo a empujarse, en un inicio poquito y abriendolo ligeramente, y despues de un rato fue mas y mas brusco, pero seguia sin abrirlo.

-Ah... aah ya?

Le ronroneo al oido, estaba jadeante, le repartio besitos en los hombros y empezo a empujarse contra el suavemente, no entraria brusco porque lo romperia y no queria eso, llego hasta el fondo con cuidado y bajo su mano a masturbarlo debia evadirlo del dolor, no queria que se sintiera mal

-Te amo aslan...

Dijo con cariño y se quedo quieto, debia esperar a que se amoldara, y mientras el le llenaba de mimos y caricias para que no sintiese tanto dolor, lo que menos deseaba era que el sufriera, a pesar de desearlo tanto y de desear perder el control, acariciaba su trasero y su cadera

-Me fascinas...

No existiria otro ser en el mundo al que Victor pudiese amar como amaba a Aslan

El momento se divide en dos. El primero son esos segundos se placer y deseo absolutos, cuando su entrada palpita y sus piernas tiemblan, la excitación está en su punto máximo y no tiene cabeza ni para recordar su propio nombre, solo gime y suplica en voz infantil por "más". La segunda, no tan agradable, cuando Víctor se arma de valor para entrar, entonces Aslan lo odia, le desea la muerte y lo considera un cerdo. Hay un tirón en su pequeña entrada, el dolor sube por toda su columna y chilla.

- ¡Basta! ¡Ya no!

Lo malo de pasar meses sin meterse en la cama con su pareja es que se recupera la elasticidad natural de "esa" área, se olvida por completo el dolor que puede causar una invasión y lo que es peor, se olvida como controlarse. Sacude la cadera para alejarlo.

- ¡No, tú no me amas!

Asegura entre lagrimas, pero es más que nada el dolor que está sintiendo. Su cuerpo pequeño, de niño, sufre mucho en un inicio cuando debe aceptar en su interior a Víctor.

- Duele...

De momento no presta mucha atención a los cuidados y mimos del mayor.

Era lento, con cuidado, le preocupaba muchísimo, le sujetaba de la cadera y lo abrazaba cuanto lo era posible, le cala que diga eso pero sabe que es el dolor por tanto tiempo sin actividad, debian remediar eso, lo estrujo aun mas contra su cuerpo y lo besaba cuanto le era posible

-No digas eso... si te amo... pero te doler, sabes porque... y sabes que pasara..

Llevo su mano a su cosito para masturbarlo necesitaba que sintiera placer, que lo gozara, si sufria lo odiaria de verdad, besaba su cuellito y le dejo un marquita, sentia tanta necesidad de el, tanto placer, y tanta pena por verlo sufrir de aquella manera, que solo se disculpaba internamente, no pararia, no dejaria aquello a la mitad, seria otra tacha en sus ancias y esfuerzo por volver a ser lo que fueron alguna ves

- Te amo

Fue a su orejita la lamia y mordia suavemente, y su otra mano que detenia su cadera paso a su rabito y empezo a manosearselo y estrujar su traserito, no dejaria que nadie mas le pusiera una mano enzima

Se talla los ojos para deshacerse de las lagrimas. Sabe que el mayor tiene toda la razón. Se estaba dejando llevar por la incomodidad y dolor sin pensar de que venia todo eso.

Sí... Yo... Yo lo se.

Suelta un suspiro por la mano en su cosito, se concentra en el placer, no en el dolor. No deja de llorar, sin embargo no lo hace tan fuerte. Quizá lo que necesita es que Víctor lo posea más seguido, para agarrar practica(?).

- Víctor...

Apenas se escucha pero suena sensual y su cadera hace movimientos casi imperceptibles, comienza a sentirse bien. El dolor no se va, sino que disminuye, y puede ahora verse apocado por lo agradable que es ser tocado, y la manera en que "ahí" palpita.

- ¡ah... ah...!

Arranca la sabana de la base y el colchón. El control se va escapando de sus manos. Gime con más intensidad. Su cadera se empuja. A gritos bajos suplica por un poco más.

-Bien

Dice con mas calma, ya esta dentro, sabe que eso es lo mas dificil y que solo queda dejar que todo empieze a fluir, aunque no se mencionen nada, victor piensa lo mismo, es necesario un poco mas de sexo en su vida, readaptarse, hacia un tiempo que no se soltaban practicamente ni para comer, y victor extrañaba eso, pero no por el sentido carnal, sino que deseaba de Aslan, porque era, segun el, su maxima prueba de afecto.

Sonrie pues el si presiente su ligero movimiento, toma su cadera con cuidado, sale y vuelve a entrar pero con sumo cuidado, para no dañarlo ni lastimarlo, en un incio va lento, y disfruta aquellas sensaciones, lo excita, le encanta escuchar esa vocesita tan sexy que se carga, sonríe al ver que saca las sabanas, eso quiere decir que todo va por buen camino.

Alza su cadera cuanto puede y se impusa hacia el ahora en esa nueva posición las embestidas son mas directas, esta estimulandose completamente, y por ninguna razon o motivo deja de masturbarlo, el menor necesita mas sentirse placeado que el mismo. Baja a su orejita y se la lame

-Te gusta? eh...?

Le embiste cada ves mas fuerte y le encanta ver al menor, se siente todo un degenerado