¡Oh sí! ¡Ese libro será mío! (libre)

Era un día bastante soleado, podía verce alguna que otra nubecita en el cielo. Caminaba con paso apresurado directo a la librería, ¡Cuántas cosas interesantes encontraba siempre ahí!, aunque él no diera la impreción de un gran lector.

-¡Buenas Tardes!.- exclamó al entrar en la tienda, ocasionando que varias personas que ahí se encontraban se quedaran viendolo de manera extraña.- Bonito día ¿verdad?.-preguntó sonriendo cerrando la puerta tras de sí.

Caminó por los pasillos en busca de su estatería predilecta, la francesa, tenía muchos libros franceses llenos, llenísimos de consejos.

- A ver....- comenzó a observar los títulos de aquellos coloridos y gruesos libros.- ¿Cuál compraré hoy? .- se preguntaba en voz alta, como solía hacer, mientras se aflojaba un poco su preciado pañuelo celeste que llevaba en el cuello, vestía una camisa blanca con las mangas remangadas, no era para nada formal, unos pantalones negros, convinados con sus botas y unas espuelas, aún no se acostumbraba a dejar varias cosas de su época de gaucho.

Estaba desde hace media hora allí en la sección de seres mágicos del mundo, buscando un libro muy particular acerca de la mitología inglesa. Sí, mitología inglesa, no había evitado escuchar por ahí como algunos del eje se reían de un tal Arthur que veía seres mágicos nativos de su país... y como él también veía espíritus de la naturaleza de su isla, pensó en que quizá podría formar algún tipo de comunión con los seres del Reino Unido y hasta les pediría socorro para detener la destrucción de la naturaleza que se producía mundialmente. Pero bueno, antes de todo ese proyecto, tenía que conocer un poco acerca de la mitología celta y allí se encontraba leyendo esos libros.
Sinean, vestido solo con una polera color negro ceñida al cuerpo y unos pescadores blancos con figuras geométricas, estaba contento con la tranquilidad que había en ese lugar hasta que ¡Por los Kamui del fuego! Un tipo entró a la librería hablando fuertemente y distrayéndolo de su lectura; y lo peor, es que no se callaba. Cerró con fuerza un grueso volumen que hojeaba y se acercó al chico para pedirle amablemente que fuera un poco más silencioso:

-¡Hey! ¿Puedes cerrar tu boca o bajar el tono de tu voz?-hablando bajo, pero muy duro- Molestas a los demás.

Ultimamente no había salido mucho de casa, simplemente no tenía ganas de salir ni relacionarse mucho mas que sus personas mas cercanas. Para su desgracia, ya se había leido y re-leido los libros que estaban perfectamente ordenados en su estanteria, asi que no le quedo mas remedio que animarse a salir por la ciudad, buscando un local donde encontrar entretenimiento.

Al final se dejó caer por una librería bastante ordinal, a la que ya habia acudido varias veces.Se pregunto si tendrían material nuevo. Empezo a curiosear por las estanterías, examinando los distintos libros y deseando llegar a la seccion de poesía, cuando escucha una voz bastante gritona, y otra mas seria como regañandole. Sin poder aguantar la curiosidad, se asoma del otro lado de la estantería mirando la escena pero sin atreveser en intervenir en ella.

No era costumbre para él visitar librerías, pero quería encontrar algo divertido que hacer, que no fuese aunque sea por una vez ir a dar visitas sorpresa a otras naciones o hacer planes para anexarlas a él, quizás leer algún libro podría ser relajante y entretenido.

En cuanto entró a la librería, escuchó una pequeña discusión a la que de primera no le prestó importancia, ya estaba acostumbrado después de tantas reuniones con los aliados. Comenzó a cambiar de opinión respecto a no molestar a otras naciones al ver al pequeño Letonia, con una sonrisa traviesa en el rostro, se acercó sigilosamente, apoyando las manos en sus hombros.

- Privyet, Raivis. Hace tiempo que no te veía...- saludó repentinamente con voz amable, esperando sorprenderlo, sin dejar de lado aquella sonrisa que sabía que al otro le asustaba.

Caminaba tranquilamente por la calle, desde hacia tiempo queria ir a aquella libreria y poder renovar su estanteria que hacia tiempo no prescentaba ninguna novedad.
Entro , pues , a ese lugar magico que ostentaba libros por doquier y esa paz que hacia tiempo no sentia , o eso creia , hasta que escucho una escandalosa discucion en uno de los corredores , se hacerco a mirar , y vio a dos personas discutiendo por algo aparentemente sin sentido , luego viro un poco su cabeza y diviso a su hermano menor , quizo ir a saludarlo , pero luego descubrio sorprendido que detras de el se encontraba el mismisimo Rusia....
n-no he visto nada -se dijo a si mismo para continuar caminando , esta vez por un corredor distinto, evitando el contacto visual con todos y poder marcharce luego de aquel lugar.

Leía tranquilamente un libro de poesias en una mesa mientras era acompañado por un par de hadas que lo habían seguido desde su hogar, éstas revoloteaban alrededor y eran desapercibidas por la gente.
Vestía de manera informal, ya que era su día libre, llevaba puestos unos jeans oscuros, una camisa de manga corta verde, zapatos y una delgada cadena en el cuello donde colgaba una cruz celta.

A un costado se apilaban libros que también deseaba hojear y si le alcanzaba dinero comprar alguno. Siempre le había gustado la literatura, de hecho sabía varias historias celtas y fabulas de seres mágicos de memoria, también era asiduo a la poesía...realmente no era tan bruto como aseguraba su hermano ingles.

Se dió cuenta como había entrado alguien ruidosamente y el ruido no hacía nada más que aumentar en el lugar..."Dios, es que el mundo no sabe estar callado? "

Cuando estaba a punto de tomar un libro de cubierta violeta, un chico con un color de cabello muy poco común, se le acercó, se lo quedó mirando por unos momentos sorprendido y luego sonrió ampliamente.

- ¡Hola!.- lo saludó como nada, para luego girar a mirar a las demás personas, habia un grupo de tres a unos metros, un chico que parecía estar ocultandoce, y otro pelirrojo más lejos.- ¡Hola gente! .- los saludó a todos moviendo la mano.- Nadie parece estar molesto.- le dijo al de cabello celeste sin borrar su sonrisa.- ¿Bonito día verdad?.- preguntó dandoce unas palmaditos en el hombro.- Relajateeee, sino te van a salir unas feas arrugas en la frente, tienes un color de pelo peculiar ¿sabes?.- continuaba hablando como si nada.- Es un bonito día para hacer un asadoo.- comentó girandoce nuevamente a los libros.- ¿No gente? .- le preguntó al grupo de tres.- ¡Eh vos el castaño!.- le gritó a Lituania.- ¡¿No te parece un bonito día pa' un buen asado?!.- decía moviendo exageradamente un brazo en el aire.- ¡Che pelirrojo! ¿¡Qué opinas vos también?!.- verguenza, era algo que no conocía, en la vida había que ser sociable, ya que era muy divertido.

Pasaba con suavidad su mano de un libro a otro buscando entre ellos el cual deseaba encontrar de la sección de "Jardinería".
Otro de los pasatiempos que gustaba el inglés era leer y eso justificaba la cantidad de libros que ya llevaba en brazos: un libro de culinaria china (para poder aprender de otros países y ver si puede mejorar), otro de manualidades para hacer nuevos estilos de bordados, el volumen 4 y 5 de Eros (sin comentarios) y unos dos más de literatura.

- Hmmm... - sus ojos se movían de título en título de las pastas de los libros hasta que escuchó el estruendoso ruido de "voz" de cierto recién llegado - "Why in the bloody hell I can't have a single day of peace....? ONLY ONE!" - pensó bastante molesto perdiendo concentración

- ¡Ah! - el letón exclamó asustado dando se la vuelta -. Ah, e-es usted señor Ivan...-dijo suspirando tranquilo,aunque una parte de si no lo desease -.

-Que alegría encontrarlo aqui... - comentó por decir algo-. Ehm. yo estaba, estaba...- miró a los lados en busca de una respuesta rapida y digna, ya que en realidad estaba espiando lo que pasaba una estantería mas alla . - Estaba... buscando un libro...si, eso.. - río nerviosamente -.

Luego, como si un angel callese del cielo, mas adelante uno de sus hermanos mayores, Lituania, venía caminando hacia ellos.Sonrío ampliamente, ya que ahora tendría a uno de sus hermanos consigo para estar con Rusia.Pero, como si el otro viese un diablo, dio media vuelta dispuesto a irse por donde venía. "¡Maldita sea Toris, no me dejes solo...!" pensó mientras se ponía mas nervioso.

De repente, un chico pelirrojo se había metido en la conversación preguntandole al ruso que ocurría.Letonia se limitó a saludarle con una sonrisa, o un intento de eso. Para su sorpresa, y para muchos de la librería, uno de los chicos a los que miraba antes empezo a alborotar mas que antes, llamando la atención de todos. No tardarían mucho en retarle, pensó, mas bien deseandolo.Ademas, habia mas gente en la libreria de la que pensaba.

Y asi fue como el tranquilo dia de Letonia entre libros empezó a convertirse en casi todo lo contrario

Recibió las palmaditas en su hombro y luego presenció la escenita que se mandaba el otro en completo silencio. Supiró tomando un poco de paciencia para no enfurecerse allí mismo y comenzar una pelea sin sentido.

-Bueno, como quieras hombre, me largo de aquí antes de que me den ganas de partirte el pescuezo- se giró sobre sus talones para dirigirse a pagar el libro que llevaba en sus manos e irse lo antes posible para no tener que soportar la pesada voz de ese castaño bocón. Por suerte ya había encontrado el material que necesitaba.

-Ya veo- apartó una mano de su hombro para acariciarle la cabeza.- ¿Qué otra cosa podría hacerse en una librería?- preguntó divertido ante la torpe excusa del menor. Disfrutaba verlo asustado, hablando así de nervioso.

Otra cosa que alegró su visita a la librería, fue voltearse y encontrar a cierto lituano a pasos de distancia, incluso quiso llamarlo para que le hiciese compañía también, pero era demasiado tarde, ya se había alejado rápidamente. ¿Acaso huía de él? Presionó un poco más fuerte la cabeza de Letonia, pensando en que dentro de un rato iría a buscarlo.

Miró al chico que se había acercado a ellos, además le preguntaba que estaba pasando, no tenía ni la más mínima idea o quizás se refería a esa discusión a la que no le había tomado gran importancia.

-Hum~…si te refieres a la discusión, no lo sé- se limitó a responderle encogiéndose de hombros.

Alaska, buscando libros en la amplia librería, se molestó un poco al oir ¿...unas discusiones...? que le impedían concentrarse en la lectura, suspiró y buscó en su espalda su preciada escopeta, la cual había decidido ese día dejarla en casa... Maldita sea, ¿Por qué se le ocurrió dejarla?, resultaba muy útil para amenazar... Suspiró nuevamente y se giró para ver quien era el causante de ese alboroto.
Un chico castaño, de ojos marrones... Lo reconoció a pesar de solo conocerle de vista, Argentina.
-¿No podrían bajar el volumen de la--?-No terminó la frase susurrada al dislumbrar una alta figura que hizo que amargos recuerdos le recorriesen la mente-¿...Ru...ssi...a...sa...ma...?-se preguntó a sí mismo en voz baja, decidió ocultarse de su mirada, desvíandose a otra sección de la librería.

- S-si,... que otra cosa... - se rió nervioso de nuevo -. Señor Rusia... creo que vi a uno de mis hermanos mayores pasar... -comentó curioso -. Tal vez ... fuese buena idea que lo buscase,¿no cree? Estoy seguro que no le importara estar un rato con nosotros...

Sonrío de nueva cuenta, mientras el mayor aun presionaba su cabeza.Pero no podía hacer otra cosa que sonreír idiotamente, y rezar para que su escusa para salir en busca de su hermano funcionase.