¡Tengamos una cita de amigos! [Privado Ludwig]

Llevaba ya gran parte de la mañana alistándose para su salida con el italiano, previendo todos los desastres que podrían provocar en el dichoso parque de diversiones. Su amigo le había insistido tanto que si no lo conociera tan bien hubiera jurado que lo estaban acosando cuando se lo pidió en el baño mientras se duchaba, obvio que lo corrió, y ahora se encontraba apunto de salir de su cómoda casa. Solo imploraba a todas las fuerzas místicas.
Por fin llego al parque, todo parecía bastante común, todo excepto... esa montaña de globos que parecía tener vida propia ya que se dirigían asía el. penso en correr pero eso no era propio de un alemán, en ese momento en donde estaba a punto de ponerse en forma de batalla fue cuando noto ese rulo de cabello detrás de todos esos globos "Italia" era él quien lo recibía...

Quien sea que hubiese ideado todas esas lindas y cursis escenas de las películas… Esas en las que el chico llegaba con una montaña de globos y se las entregaba a la chica quien caía perdidamente enamorada de él; bueno, esa persona se iría al infierno por mentirosa. ¡Caminar con esa cantidad globos era una auténtica pesadilla! El italiano sentía que en cualquier minuto se elevaría y jamás podría volver a tocar tierra firme ¡Y él no quería vivir en el cielo! Algún día quería ir al cielo, y conocer a Dios y a todos sus angelitos en pañales ¡Pero no quería quedarse viviendo ahí! ¿Qué pasaría con su fratello? ¿Y con Alemania? ¿Y con la pasta? ¡Oh, Dios! ¡Moriría si no volvía a comer pasta!.

Ah~ Pero posiblemente el cielo tenia pasta también.

Sacudió frenéticamente su cabeza en un intento de espantar aquella ideas acerca de un mundo sin pasta. El italiano llevaba tanto tiempo divagando que ni siquiera noto el momento en que una roca salvaje se cruzó en su camino y… sí, cayó de bruces contra el suelo.

--¡Owwww~! -Llevo una mano a su trasero a pesar de que no se lo había golpeado, no importaba, era solo un reflejo. Al caer había reventado un par de globos, pero la mayoría seguían flotando intactos en el cielo. Lo importante ahí era que, al levantar la cabeza, vio a un rubio alemán en posición defensiva. El italiano sonrió bobamente antes de sentarse en el suelo.- Ve~ ¡Ciao, Alemania! -Extendió los globos en su dirección.- Son para ti, ve~

Cuando estaba a punto de golpear lo que parecía una montaña interminable de globos con mente propia, pudo notar que en verdad no era nada del otro mundo, era su amigo italiano que siempre trataba de sorprenderlo con alguna de sus ideas que de uno a otro momento o los metían en problemas o le causaba alguna complicación existencial. Lo pudo ver, con algo de tierra en la cara por la caída y con algunas lágrimas que amenazaban con salir de los ojos del otro pero al saberse observado pareciese que eso no importara ya que el italiano le estaba sonriendo como siempre.
-Da...Danke son muchos globos....- Le ayudo a levantarse del suelo ya que se terminaría ensuciando más, con los globos en mano trato de apartarlos de su cara ahora era cuando se preguntaba como era posible que el italiano los soportara cargando todo el tiempo en que estuvo esperándolo....
Aún tenía esa sonrisa que parecía nunca borrarsele de la cara que a veces y solo a veces le hacía sentir demasiado a gusto pero otras como esta le tenía muy nervioso y no sabia exactamente el porqué -A...¿a dónde es que querías ir primero?...¿quisieras ir a uno de los juegos del parque o tal vez quisieras comer algo?- aunque estaba nervioso trataría de pasarla bien, ya estaba allí y aunque al principio parecía ser algo que nunca hubiera aceptado sentía que podría pasarla bien con el italiano.

- ¡Si, capitán! ¡Para alguien tan fornido como Alemania unos pocos globos no son suficientes! -Acepto la mano que este le ofrecía para levantarse, y en cuanto se encontró relativamente estable, luego de haberse asegurado de que el alemán sostenía firmemente los lindos y redondos globos multicolores; Feliciano se lanzó contra él, rodeándole amorosamente en un abrazo italiano.- Ve~ ¡Alemania está en una cita conmigo! ¡Qué alegría! ¡Qué alegría! -Aplaudió felizmente mientras daba saltitos colmado de emoción.- Oh~ oh~! Nunca creí que tendría una cita con Alemania en un parque, definitivamente Alemania no parece de ese tipo ¿Verdad? He he~ Me gustaría pensar que soy el primero en salir con Ludwig de esta forma~.-

¡Oh! No sé, no se~ ¡Hay que ir a comer primero! ¡Hay que atiborrarnos con comida y luego subirnos al juego más horrible y vomitar todo! ¡Oh, oh! ¡Y después al túnel del amor! -Se separa del rubio para aplaudir emocionado, luego se sitúa junto a él y le toma de la mano libre.- ¡Vamos Alemania! ¡Hay machismo que comer y con que jugar! -Tira emocionado de su mano mientras le arrastra hacia los puestos de comida.

Había escuchado la idea del italiano.... no quería vomitar a mitad del día, replicaría pero cuando sintió la mano del otro encima de la propia todo lo que le iba a decir desapareció de su mente -yo...la comida- intentó hilar una oración si quiera pero no pudo y decidió mejor seguirle el juego al otro. ¿que daño podría hacer el hacerle caso a lo que decía de vez en cuando aunque sonara algo mal? .
Ya habían llegado al área de comida, todo se veía a reventar de gente y eso es muy normal considerando que era fin de semana.... no le gustaba que tanta gente estuviera asu alrededor pero al italiano parecía no importarle -Hey... Italia... hey- no podía captar su atención parecía que todas las cosas a su alrededor le distraían en demasía... pero ahora que lo pensaba, desde ¿hace cuánto que no sale a otra cosa que no sea algún asunto de su país? Se dejaría llevar por el otro, jamás había pasado tiempo con él sin que estuviera en el entrenamiento o en pleno campo de batalla siempre le había dicho que no tenia tiempo para salir....
Habían comido casi hasta reventar, hot dogs salchichas en palo hamburguesas algodón de azúcar... y muchas cosas más, por poco y jura que ese lugar era una más de las casas de verano del chino por lo extenso y lleno del lugar.
-Creo que deberíamos descansar un poco la comida o si no vomitaremos tan pronto inicie el juego y luego no nos podremos subir a otro ¿que te parece allí?- había señalado una de las bancas que estaban bajo la sombra de un gran árbol donde se notaba bien que daba la brisa de una manera bastante tranquila.